Un encuentro breve y poco amable. Nada nuevo bajo el sol. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, han escenificado este viernes en el Congreso de los Diputados el mismo desacuerdo del que hicieron gala el pasado 23 de diciembre en La Moncloa.
Entonces, la conversación duró diez minutos. El socialista sólo se trasladó hasta el palacio presidencial para trasmitirle personalmente lo que ya había dejado claro en público: el PSOE ni votaría a favor, ni se abstendría para investir a Mariano Rajoy de nuevo presidente de Gobierno. «Ni a Rajoy, ni a cualquier miembro del Partido Popular», aclaró rápidamente Sánchez, ante los rumores de que el único obstáculo era el actual líder del PP.
Hoy la conversación ha durado 15 minutos más. Rajoy no se ha atrevido a calificarla, pero Sánchez sí ha dicho que ha sido «útil»: «Rajoy y yo llevamos muchos meses hablado mucho. Conocemos perfectamente nuestras posiciones. Por eso hoy sólo hemos hablado de lo importante».
Así es como el socialista ha justificado este breve encuentro, en el que ha habido más monólogo que diálogo. El diálogo se ha centrado en dos aspectos. En primer lugar, acordar una posición común sobre el próximo Consejo Europeo que se celebrará a finales de este mes. Rajoy no comparecerá en el Congreso, como en un principio solicitaron Ciudadanos y PSOE, pero sí lo hará el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo. La postura es clara a este respecto: evitar que Reino Unido salga de la Unión Europea.
Y en segundo lugar se han comprometido a mantener intactos los pactos de Estado en materia antiterrorista y sobre la unidad de España. Pase lo que pase. Y gobierne quien gobierne.
En este sentido, Rajoy sí ha vuelto a trasladar al socialista que la opción más «razonable» sería un Gobierno PP-PSOE-Ciudadanos presidido por él, pero no ha obtenido respuesta. Ahora es el momento de que Sánchez forme gobierno y ha insistido en que debe de ser con las «fuerzas del cambio». En esta ecuación no se encuentra ni el PP ni los independentistas. Y por ello, ni le ha enviado su propuesta de Gobierno, ni tampoco le ha pedido su abstención este viernes.
Rajoy sí le ha enviado el suyo, pero según el 'popular', Sánchez no le ha hecho ninguna mención a este respecto. Las posturas en este punto también están muy claras: ni el PSOE quiere el apoyo del PP, ni el PP está dispuesto a hacer presidente a Sánchez.
Es más, Rajoy ni siquiera ha perdido aún la esperanza de repetir mandato. El 'popular' ha asegurado que no se ha arrepentido de haber rechazo el ofrecimiento que el Rey le hizo a él primero, puesto que no contaba con los apoyos, pero sí ha dejado claro que no ha tirado la toalla. Rajoy intentará que el PSOE le dé su abstención si él fracasa, puesto que va a «defender su victoria». «Todavía hay tiempo», ha llegado a advertir Rajoy.
Campaña del miedo
Este encuentro se enmarca en la ronda de contactos que el líder del PSOE emprendió hace 12 días para formar gobierno, tal y como le encargó el Rey Felipe VI. Ha sido el que menos ha durado, por la poca sintonía que existe entre ambos, pero Sánchez sí ha aprovechado para pedirle una cosa a Rajoy: que «acabe con la campaña del miedo que sus ministros» han emprendido contra su propuesta de Gobierno «transversal, progresista y reformista».
Sánchez se ha comprometido con Rajoy a que si finalmente gobierna se mantendrá la estabilidad presupuestaria acordada con Europa y se defenderá la unidad de España. Ha rechazado la celebración de un referéndum en Cataluña, tal y como pidió este jueves Albert Rivera, y ha insistido al PP en la necesidad de una reforma constitucional.
Ha sido un encuentro frío. Apenas se han mirado a la cara. De hecho, cuando estaban delante de las cámaras ni siquiera ha habido apretón de manos, pese a que Sánchez lo ha intentado. Ambos han restado importancia a este gesto. Sánchez ha negado haberse sentido ninguneado y ha defendido que Rajoy no se había dado cuenta de su mano tendida. Los equipos de ambos han dejado claro que en privado sí ha habido saludo educado y apretón de manos. Éste no ha sido un encuentro «cordial» como los que ambos han mantenido con Rivera, pero sí «importante» ha advertido Sánchez.
Silencio sobre corrupción
No han hablado sobre corrupción. Según Sánchez, su postura a este respecto es clara y no ha querido ahondar más en una cuestión que «seguro preocupa a Rajoy».
El líder del PP se ha limitado a resaltar todas las medidas adoptadas a este respecto y ha advertido de que no habrá «impunidad». Sobre la situación de Aguirre y su legitimidad para continuar al frente del PP de Madrid, Rajoy ha salido en su defensa: «no se puede condenar a nadie sin saber de lo que se le acusa».