Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional han desarticulado en Lugo a un grupo criminal «perfectamente estructurado» que constituía la banda «más activa» de venta de hachís en la provincia, en un operativo que ha culminado con la detención de tres de sus integrantes, dos marroquís y un español, y la incautación de 130 kilos de droga.
Según ha informado el Cuerpo en un comunicado, la banda desarticulada en la Operación Blocao estaba especializada en la comisión de delitos contra la salud pública, tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Además de hachís, a los detenidos se les intervinieron tres vehículos, 79.000 euros, 2.750 dirhams, varios terminales telefónicos y útiles para la distribución y venta de la sustancia.
La organización utilizaba, como método de seguridad, «vehículos lanzadera» cuando transportaban la droga desde el sur de España y Marruecos, «siendo frecuente recurrir a vehículos de alquiler a nombres de terceras personas», ha explicado la Guardia Civil.
La operación se inició tras intervenir, en un turismo que circulaba por la carretera N-640 en Lugo, casi 30 kilos de hachís, supuestamente destinados para su distribución en la provincia de Lugo. Posteriormente, en octubre de 2015, se procedió a la detención de dos de los miembros «más activos de la organización» en plena autovía, cuando estaban a punto de entrar en Lugo transportando 20 kilos de hachís distribuido en bellotas.
Como continuación de la investigación, este miércoles se efectuaron tres registros domiciliarios en la ciudad de Lugo, en los que se intervinieron 12 kilos de hachís y 21.000 euros en efectivo. Asimismo, se procedió a la detención de tres de los integrantes de la banda, dos marroquíes y un español de entre 30 y 35 años.
Sin intermediarios
La droga era distribuida por los integrantes de la banda al menudeo en toda la provincia mediante la venta directa a los clientes con los que contactaban asiduamente, lo que hacía «más ventajosa y lucrativa la actividad, al no tener que contar con intermediarios en su distribución».
Dado el volumen que distribuían, los ahora detenidos tenían que viajar una vez al mes al sur del país y a Marruecos para comprar importantes cantidades, «incrementándose las mismas a medida que se acercaban períodos estivales y festivos».
Para su distribución al menudeo transportaban las «bellotas» envueltas en un film transparente ocultas en el interior de un calcetín, que llevaban en el interior de su ropa a la altura de la cintura, explican los agentes.