Un 20 por ciento de los varones en España reconocen que han pagado recientemente por servicios sexuales y la mayoría ni siquiera concibe que la mujer con la que estuvieron pudiera ser una víctima de trata, según las conclusiones de un estudio elaborado en la Universidad Pontificia de Comillas.
El informe, realizado por encargo de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género se basa en 1.600 entrevistas a hombres, telefónicas y a pie de calle, en una muestra aleatoria y se complementa con cuestionarios a informantes clave, como ONG, miembros de la judicatura y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en 10 provincias españolas.
Por eso, los investigadores de Comillas ICAI-ICADE que lo han elaborado, Carmen Meneses, Jorge Uroz, Antonio Rúa, Cristina Gortázar y María José Castaño, sostienen que si bien la muestra no es del todo representativa, es un termómetro de lo que podría ser la punta del iceberg: «Que un 20 por ciento de los encuestados se atreva a reconocer algo que está siempre tan oculto, indica que deben ser muchos más quienes han pagado por servicios sexuales en España», ha recalcado.
El informe, titulado 'Apoyando a las víctimas de trata con fines de explotación sexual', evidencia por un lado, las carencias y dificultades en la atención y protección de estas mujeres y niñas en España y, por otro, pone el foco en el 'cliente' como primer contacto que tienen ellas: El 20% de los encuestados había pagado por sexo el año anterior y la mayoría «no concibe que las mujeres a las que contrata los servicios sexuales puedan estar coaccionadas, no habiendo detectado esta situación».
Un 10% detectó, no obstante, que había trata de menores en ese entorno igual que otro diez por ciento percibió que podía existir algún tipo de coacción de esas mujeres. Sin embargo, ninguno hizo nada para denunciarlo, en palabras de Uroz, «por no meterse en líos» y «porque las propias chicas no lo hacen». El informe recomienda campañas en este sentido, para que los hombres que pagan por prostitución se aseguren de que no es forzada y si detectan algo lo denuncien.
«Hay un sector importante (entre los prostituyentes) que considera que el tema no va con ellos. También hay un sector que aunque lo supiera, le daría igual, van a quitarse el problema, a echar el rato y nada más. Los que más funcionan son los que se enganchan con las chicas, los que quieren hablar y les preguntan. Pero todos los hombres que van a pagar por servicios sexuales deberían tener los ojos bien abiertos», ha señalado el investigador.
Hay niñas
En este sentido, han revelado que durante el trabajo de campo se detectó la presencia de niñas víctimas de explotación sexual y han señalado que si bien «se trata de algo minoritario» porque se ha trabajado con clubes y estas víctimas «suelen estar en pisos» donde aún es más difícil llegar, sí es un hecho que las hay y eso se debe «a que hay clientes que piden menores».
El trabajo ha puesto sobre la mesa la dificultad además de atender a estas víctimas porque el sistema español, «está demasiado vinculado a la colaboración de la víctima en la persecución del delito» y enfocado a la Ley de Extranjería, así que lo primero que hace cuando detecta a una supuesta menor es someterla a pruebas médicas de determinación de la edad que, según han puesto de manifiesto tanto el Defensor del Pueblo como el Tribunal Supremo, no ofrecen resultados fiables.
Uroz ha puesto el ejemplo de una de las mujeres con las que han establecido contacto durante la investigación. De nacionalidad congoleña, tenía 16 años cuando fue detectada en frontera. Las pruebas médicas determinaron que era mayor de edad, así que se quedó fuera del sistema de protección de menores y sola en España a merced de sus tratantes. Conforme ha recordado, el margen de error en esos análisis es de dos años.
Problemas en la atención a las víctimas
«Son las ONG quienes tienen más capacidad para darse cuenta de estos casos, porque tienen más facilidad para detectar las situaciones y generar lazos con mujeres», ha apuntado Meneses, que al igual que hace todo el informe, loa el trabajo de las entidades especializadas en detección y protección de víctimas de trata en España, ante los «escasos medios de lucha contra el delito» que refieren todos los agentes entrevistados.
En esta línea, el informe señala varios problemas, el primero de los cuales versa sobre la dificultad para identificar a las víctimas de trata. Por un lado, explica que ellas «no se identifican ni se reconocen como tal por diversos motivos», como que en su país no sea un delito, que haya sido un familiar quien las haya vendido, que desconozcan sus derechos en España o simplemente por terror: «Los tratantes no dudan en cargarse a cualquiera de su familia para dar ejemplo al resto», ha afirmado Meneses.
Por otro lado, la falta de sensibilización, formación y especialización de los profesionales con los que se topan hace que pasen inadvertidas. En este capítulo, ha señalado que si bien en la UCRIF son expertos en la materia, otros cuerpos policiales no tienen «la misma sensibilidad» y no dan crédito a según qué situaciones. Entre los fiscales, pasa algo similar por «saturación» y cantidad de trabajo.
Además, el informe destaca que «todos los profesionales han puesto de manifiesto la dilación de los procesos judiciales en los delitos contra la Trata», que no siempre se instruyen tal cual por la complicación de documentarlos y probarlos, y que «hacen que revictimicen a las mujeres».
«No siempre respondemos adecuadamente. Cuando van a denunciar a veces no reciben la protección, a veces esta no funciona, eso desincentiva. Se genera un boca a boca entre ellas«, reconoce Meneses. Recomienda, como el resto de los investigadores, una ley específica de lucha contra la trata que modifique el abordaje de estos delitos poniendo el foco en la protección de la víctima y más medios, equiparables a los de la lucha contra el tráfico de drogas o de armas.
Sensibilizar desde niños
«Desde muy temprano hay que concienciar a niños y niñas de que esta forma de violencia existe, que no está tan lejos como pudiera parecer y que su vinculación a la prostitución es evidente. La toma de conciencia de los varones es imprescincible, es importante que sepan cómo detrás de esto se esconde la vulneración de los derechos de las mujeres», ha señalado la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, en declaraciones a los medios tras la presentación del estudio.
Según ha dicho, «los hombres son una pieza fundamental» y «cómplices esenciales en la solución» de este problema. «Este estudio por primera vez aborda la perspectiva de los varones frente a la prostitución y dice que en muchos casos desconocían que esto estuviera pasando. Espero que igual que este año ha habido una primera campaña sobre trata, las siguientes se dirijan al público masculino», ha añadido.