El anuncio de pacto entre PSOE y Ciudadanos ha prendido una mecha que no solo ha hecho estallar las negociaciones con los partidos de izquierdas, que se “caían” como piezas de dominó de la mesa de negociación con el PSOE horas después de la firma del acuerdo. En las filas socialistas, también ha habido una pequeña rebelión, no tanto por las “reformas” fiscales y laborales que tienen más de Ciudadanos que del PSOE, sino por la supresión de las diputaciones.
A unas horas de que se abra la difusa consulta a las bases sobre los “acuerdos para conformar un gobierno progresista y reformista”, los presidentes socialistas de los entes provinciales de La Coruña, Pontevedra, Lugo, Cáceres, Badajoz, Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Cádiz, Ciudad Real, Toledo, Zaragoza y Huesca se han opuesto de manera rotunda a esta propuesta de la formación naranja aceptada por Ferraz.
“No puedo apoyar un pacto que vaya en contra del mundo rural; es una medida que va en contra de los ayuntamientos, del mío también”, cuenta a Estrella Digital Rosario Cordero, presidenta de la Diputación de Cáceres, y alcaldesa de Romangordo, un pueblo de 223 habitantes.
Las diputaciones, especialmente en lugares como Cáceres donde el 70% de los municipios tienen menos de 1.000 habitantes, prestan servicios que de otra manera no podrían tener cubiertos, explica Cordero.
“No entiendo que se asuma una propuesta de Ciudadanos que se hace desde el desconocimiento”, sentencia la también alcaldesa. “Entendería que se hablara de reforma, pero no de supresión”, explica Cordero, que recuerda que ya en 2011 su partido abrió un debate meditado sobre este asunto y terminó por desechar la idea.
Sin consulta previa
Además, en las diputaciones ha sentado mal que Ferraz no ha dado opción a opinar a las provincias. La presidenta de Cáceres cree que se debería haber abierto un “debate tranquilo, con los alcaldes y las alcaldesas, que sea el pacto de todos, que no sea el pacto de dos”. Aunque ella va a decir “no” al pacto, no va a hacer campaña en ese sentido. Le gustaría que “cada uno sea coherente con lo que va a votar el sábado”, ya que, pese a todo, quiere “que haya un gobierno progresista”.
Algo similar ocurre con otros presidentes de diputaciones socialistas. Los andaluces, que controlan seis de las ocho provincias de la comunidad, han reivindicado el papel de de estos organismos. El presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, ha calificado de “imprescindible” el trabajo que se hace desde las diputaciones. El de Jaén, Francisco Reyes, también se ha mostrado en contra y no ha dudado en anunciar su “no”, aunque tampoco hará campaña.
Los presidentes aragoneses de Zaragoza y Huesca, Juan Antonio Sánchez Quero y Miguel Gracia, han anunciado que votarán en contra del acuerdo y el propio presidente de la comunidad, Javier Lambán, ha mostrado su «lealtad» a Sánchez, pero ha eludido dar su apoyo al pacto, es más, ha insistido en pedir, de nuevo, un acuerdo con Podemos.
El único presidente de diputación que ha salido a decir “sí” a Sánchez y Rivera es el valenciano Jorge Rodríguez. El mandatario de Valencia aceptaría la propuesta de suprimir diputaciones con la condición de que los servicios que reciben las poblaciones pequeñas no dejen de prestarse. También le han apoyado presidentes autonómicos como la presidenta andaluza Susana Díaz, que nunca ocultó su favoritismo por pactar con Ciudadanos frente a Podemos, o el extremeño Guillermo Fernández Vara.
Las bases, divididas y prudentes
La salida en tromba a criticar la medida de los presidentes de las provincias puede tener un gran impacto en las bases socialistas regionales, las más numerosas precisamente en Andalucía y Extremadura.
Sin embargo, la percepción de los militantes de zonas con ciudades más grandes, como la Comunidad de Madrid, es diferente. Muchos de ellos valoran el esfuerzo negociador del partido, pese a que hay aspectos con los que no coinciden.
“No es el mejor pacto que se podría alcanzar, pero voy a decir sí en la consulta por el esfuerzo en las conversaciones. Son los únicos que han puesto un proyecto factible sobre la mesa”, explica Joaquín Pozo, militante de la Agrupación Municipal Socialista de Cobeña.
Ahora sólo hay que sumar apoyos suficientes para que salga adelante, explica el socialista, aunque “hasta el día 5 de marzo, hay tiempo”. Aun así, no le gustaría que Sánchez gobernara con la abstención del PP, aunque después de que Ciudadanos haya anunciado que buscará reunirse con Rajoy no descarta nada: “Mira cómo acabó la negociación en Cataluña”, recuerda.
Bernardo Ramos, militante de la Agrupación Local de Leganés, tiene claro que, dados los resultados, no había más remedio que pactar. “Es necesario el diálogo y, para dialogar, hay que ceder”, explica este militante. Por eso, y aunque considera “insuficiente” el documento en cuanto a medidas progresistas, cree que el pacto recoge una serie de medidas básicas en las que coinciden ambos partidos y de las que partir. Cree que se trata de un “acuerdo de mínimos” con contenidos de ambas tendencias políticas, “lógico, razonable y que responde al posicionamiento de la ciudadanía”.
Ambos militantes creen que las bases del PSOE apoyarán el pacto y, aunque hay muchos a los que nos les gusta, consideran que es la mejor opción.
La enésima campaña de Sánchez
Mientras los presidentes de diputación y las bases terminan de leer las 66 páginas del acuerdo –muchos reconocen que no lo han leído entero- y deciden su voto, Sánchez ha vuelto a la campaña.
Por la mañana lanzaba un vídeo para pedir el voto a sus militantes con la imagen de fondo de Pablo Iglesias, el fundador del Partido Socialista. Además, este viernes en Alcalá de Henares hará su enésimo acto de campaña de los últimos meses, en este caso para pedir el voto afirmativo en la consulta, en la que los militantes podrán votar por internet desde este jueves a medianoche hasta las ocho de la tarde del sábado 27. El mismo sábado las bases podrán depositar su voto en persona en las agrupaciones y federaciones socialistas.