El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha advertido este jueves a Podemos de que «la línea roja de los partidos de izquierdas» debería estar en «poner fin al Gobierno de Mariano Rajoy y del PP», así que sería «incomprensible para los votantes de Podemos y de izquierdas» que el día de la investidura los de Pablo Iglesias voten con Rajoy contra un candidato socialista.
Así, ha insistido en que el PSOE tiene «la mano tendida» a seguir negociando con Podemos porque cree que hay «mucho terreno en común», al margen de lo que, a su juicio, son «las tres únicas propuestas que se le conocen a Pablo Iglesias desde las elecciones», en una entrevista en la Cadena Ser.
Se refería, en concreto, a la vicepresidencia que reclama Iglesias, a «la ruptura de España con el referéndum de Cataluña» y un aumento «explosivo» del gasto público imposible, de 96.000 millones, «que rompería la estabilidad presupuestaria y pondría en riesgo la recuperación». También ha avisado de que tampoco se puede «poner sobre la mesa» el «control de los policías y los jueces» que, a su modo de ver, quiere Podemos.
Un pacto «abierto»
Según ha dicho, el acuerdo que PSOE y Ciudadanos firmaron el miércoles es un pacto «abierto, que no confronta, que convoca, y que no excluye» porque lo han firmado un partido de centro derecha y otro de centro izquierda y ha añadido que en él «hay mucho avanzado» pero que siguen tendiendo la mano a Podemos.
No obstante, cuando se le ha preguntado si hay cosas que aún son negociables, ha respondido que «hay muchas reformas progresistas y reformistas». En concreto, ha apuntado que Podemos, el PSOE y Ciudadanos comparten la necesidad de una reforma fiscal y que en el acuerdo se contempla la posibilidad de crear un impuesto a las grandes fortunas, y también la mejora de las cuotas a la Seguridad Social a los autónomos.
Sin embargo, ha lamentado que hasta ahora ha habido «dos acuerdos, uno del PSOE y Ciudadanos por el cambio progresista y reformista y uno por el bloqueo entre el PP y Podemos».
También ha insistido a los dirigentes de Podemos que desde el día 21 de diciembre está claro que los partidos de izquierdas no suman más que los de derechas, así que hay que «trabajar bajo otra lógica, la del cambio» y por eso ha llamado a la «unidad de las fuerzas del cambio».
En esa línea, en un artículo en ‘El País’, ha subrayado que todos los partidos quieren más justicia social, derechos y libertades y más prosperidad, aunque discrepen sobre las medidas para conseguirlo.
Por eso, asume que «en ocasiones se puede llegar al mismo lugar por diferentes caminos» y que no se debe «arruinar la posibilidad de materializar un determinado valor socialmente compartido en aras de la pureza doctrinal de una medida concreta».
Según dice, eso también lo ha aprendido en este proceso de negociación y eso no supone «abandonar los principios», sino tener «un mayor arsenal de medidas para ponerlos en práctica».
Consulta a la militancia
Por otro lado, ha defendido que el PSOE vaya a plantear a sus militantes una pregunta «genérica» sobre los pactos de gobierno en la consulta que se celebrará el fin de semana, porque es posible que alguno se firme después de esa consulta.
«De aquí al 27 me gustaría firmar algún acuerdo más y si no es posible vamos a decirle a la militancia que vamos a intentarlo», ha resumido. A su juicio, lo importante es «el ejercicio democrático» en sí así que ha llamado a los militantes a la «participación masiva» en la consulta.
Sánchez ha negado que esté pidiendo a las bases «manos libres» para seguir negociando y ha opinado que lo que se pregunta a los militantes socialistas es bastante claro: «un apoyo a los acuerdos que hemos firmado y a los que podamos firmar».
Preguntado qué puede ofrecerle a Cataluña si presidente del Gobierno, ha subrayado que en esta comunidad existen los mismos problemas que en el resto de España, de manera que en general se abriría «un nuevo tiempo».
Además, ha insistido en una reforma constitucional «transversal» que blinde derechos y marque «un camino hacia el reconocimiento de la diversidad» y ha ofrecido diálogo y tender puentes, en concreto recuperando «muchos de los 23 puntos» que el expresidente de la Generalitat Artur Mas le llevó a Mariano Rajoy.