sábado, septiembre 28, 2024
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El PP ve en el pacto PSOE-Ciudadanos una oportunidad para humillar a Sánchez

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Después de dos meses paralizados, algo se empieza a mover en el Partido Popular. Y el acuerdo alcanzado esta semana entre el PSOE y Ciudadanos ha sido clave. Un acuerdo que pese a que el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, diga que es de «izquierdas» y una «enmiendad a la totalidad» a la gestión del Partido Popular, lo cierto es que el efecto causado ha sido que Podemos y al resto de fuerzas de iquierdas se levantaran de la mesa de negociación hasta nueva orden. La izquierda no lo ve un acuerdo de «izquierdas» y la derecha lo ve un «chiste», una «tomadura de pelo» y una «barbaridad». «Vamos a elecciones claramente», aseguran a Estrella Digital fuentes 'populares'.

Aunque antes desean ver cómo el primer candidato a la Presidencia sin haber ganado las elecciones y el primero que aspira a formar un gobierno con 90 escaños fracasa estrepitosamente. En el PP aseguran que si Sánchez cae, ellos lo intentarán, aunque insisten en que para ello será necesario que el PSOE acceda a sentarse en una mesa de negociación. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ha celebrado este viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que Rivera haya leído el documento en el que Rajoy detalla los cinco pactos de Estado necesarios para formar un gobierno y coincida en ellos, pero ha insistido en que su apoyo no es suficiente. «El PP tiene una cosa muy clara y es que el PSOE es imprescindible para poder formar gobierno», ha insistido Santamaría.

Todo apunta a que Rajoy no tiene ninguna intención de presentarse a una «investidura fallida», a diferencia de Sánchez. En el PP ven complicado el cambio de posiciones iniciales, por ello indican el camino a nueva convocatoria electoral. Por el momento, los 'populares' creen que al acuerdo PSOE y Ciudadanos no atraerá más apoyos que los 130 escaños que suman. La vicepresidenta ha insistido en que el PP dirá que «no» a Sánchez por tres razones: porque sería una forma de «autoecharse», porque la intención del socialista es «derogar todo las reformas hechas por el PP». Y la más obvia, porque el PSOE en ningún momento ha pedido el apoyo de los 'populares'.

El único defensor de esta fórmula está siendo Albert Rivera, pero lo cierto es que la imagen del líder de Ciudadanos está en decadencia en el PP. «Es como el chico feo que no se puede creer que alguien se fije en él y dice que sí a todo y se lo cuenta a todo el mundo», ironiza un parlamentario 'popular'.

Los tiempos preocupan a Rajoy

Rajoy rechazó hasta en dos ocasiones ser el primer candidato a la presidencia, pero ha demostrado preocuparle los tiempos. Intentó por todos los medios evitar que Sánchez tuviera un mes para negociar su investidura. Y ahora, que ha visto el acuerdo que hay sobre la mesa, hará todo lo posible porque entre la primera y la segunda votación «no excedan» las 48 horas que marca la ley. El PP ha amagado incluso con recurrir al Tribunal Constitucional. Y Santamaría ha alegado que para favorecer a Sánchez no se debería perjudicar a otros candidatos. «Las horas de la noche también son hábiles, siguen contando», ha rematado la portavoz gubernamental.

Para los 'populares' es fundamental ver humillado a Sánchez en el Congreso, tal y como el socialista lo intentó con el líder del Partido Popular. No quieren flecos sueltos. Al PP nadie le asegura que esas horas extras no le puedan servir a Sánchez para llegar a un acuerdo 'in extremis'. Además, el adelanto de la segunda votación también podría servir para ajustar el calendario de las sesiones parlamentarias. Es decir, para que la votación del viernes 4 sea a una hora razonable igual obliga al presidente del Congreso, Patxi López, a adelantar las intervenciones del 1 y 2 de marzo de tan forma que Sánchez no sea el único protagonista del primer día de debate parlamentario. Una reivindicación también de los 'populares'.

Lo único claro hasta el momento es que si Sánchez fracasa, a partir del 4 o 5 de marzo, se abre un nuevo «escenario político». El PP se sentará en la mesa de negociación pero ya ha impuesto condiciones además de sus «cinco grandes de pactos de Estado». No habrá reforma constitucional. «Y menos aún para cambiar sólo el nombre de las diputaciones», advierten en el PP. Tampoco aceptarán derogar la reforma laboral -aunque lo cierto es que tampoco lo especifica el pacto de Sánchez y Rivera-. Y en ningún momento se plantean subir impuestos. «Y menos aún el impuesto de sociedades que afecta a la PYMES», ha zanjado Santamaría.

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