martes, septiembre 24, 2024
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La última puesta en escena de Pedro Sánchez fracasa al borde de la investidura

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El Comité Federal de ayer transcurrió en la intrascendencia y con el pasmo de los dirigentes históricos, que no entienden la táctica negociadora del equipo de Sánchez. Tras dos meses y medio desde las elecciones, la situación a pocas horas de la investidura se resume en que el PSOE tiene el apoyo de Ciudadanos y la oposición en bloque de todos los partidos de izquierdas. Los golpes de efecto en las recurrentes apariciones públicas, intentos negociadores a izquierda y derecha y fotos de firmas de pactos “históricos” han dejado a un PSOE desdibujado que trata de encontrar apoyos a la desesperada para la investidura, a poco más de 24 horas de la primera votación. Enviar a última hora una propuesta a grupos de izquierda que se sienten traicionados parece un movimiento poco constructivo.

El último intento conciliador de Pedro Sánchez, con el aval de la militancia como impulso, caía en saco roto este lunes casi según salía de Ferraz. Los cinco «partidos del cambio», a los que el PSOE apelaba con sendos “ofrecimientos” de pacto, despejaban con rotundo rechazo la propuesta de Sánchez. “Por nosotros no va a ser”, decía Sánchez ante su Comité Federal este lunes, en un intento de mantener su talante negociador, pero las formaciones de izquierdas no han transigido con el intento. Fuentes socialistas aseguran que el equipo de Sánchez confía en que la presión venza a Podemos y que la formación de Iglesias se vea obligada a votar a favor del líder socialista. Algo que se ve ciertamente improbable.

El líder del PSOE ha lanzado la propuesta a las izquierdas tras haber pactado a puerta cerrada un acuerdo de gobierno con Ciudadanos. Quizá esa voluntad negociadora a izquierda y a derecha que no ha ocultado el PSOE de las últimas semanas ha terminado por situarle en una posición difícil de explicar.

Tanto que han sido más las explicaciones de lo que incluía el pacto con Ciudadanos ‘a posteriori’ que el anuncio del propio pacto en sí. Periodistas y políticos de otros partidos se preguntaban por la contradicción de las palabras de Sánchez al hablar de derogación de la reforma laboral, LOMCE, ‘ley mordaza’… con lo que aparecía escrito. De hecho, según fuentes de Ferraz, os negociadores de Sánchez negaron a los grupos de izquierdas sentados a la mesa la existencia de un preacuerdo con Ciudadanos. La decepción al saber que el pacto estaba consumado fue inmensa. No es el mejor camino para recabar su apoyo.

En tierra de nadie

Así, este lunes Sánchez intentaba jugar su última carta y presentaba los nuevos acuerdos con los partidos de izquierda como una apuesta “coherente”con el acuerdo cerrado con Ciudadanos, tanto que para Podemos, la propuesta que llega ahora del PSOE es un “copia y pega” del pacto ya ha alcanzado con la formación de Rivera.

Es más, el portavoz de Podemos en el Congreso, Iñigo Errejón, tenía muy claro que el acuerdo de Sánchez era, en esencia, el mismo que el firmado con Ciudadanos, pero subrayando las partes del acuerdo en las que ambas formaciones coinciden. Sin embargo, “el nudo del desacuerdo es la política económica” y este acuerdo lo que hace es “esconderla”, decía Errejón.

Y lo cierto es que desde Ciudadanos daban la razón a la formación morada. El portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, asegura que las propuestas enviadas hoy por el PSOE no se salen de los términos del pacto, aunque ha advertido de que «los acuerdos que tienen previamente son los que valen».

Todas las izquierdas en contra

Sánchez decía este lunes ante el Comité Federal que le encantaría poder formar «un gobierno de izquierdas», pero no es posible teniendo a todas las formaciones en contra. Tras enviar un pacto diferente a cada partido, todos han dicho que no votarán a favor en su investidura, fundamentalmente por el acuerdo previo con Ciudadanos, aunque cada uno ha añadido sus matices.

En Marea ha acusado de “chantaje” al PSOE por incluir propuestas de políticas circunscritas a Galicia en el último momento. Desde En Comú Podem también ha criticado la similitud de la propuesta con lo pactado con Ciudadanos y rechaza apoyarla.

Compromís, por su parte, ha tildado de “insuficiente” el ofrecimiento porque no recoge sus reivindicaciones como el reconocimiento «de la deuda histórica valenciana, la derogación de la reforma laboral o la falta de garantías en la reforma del artículo 135 de la Constitución». 

Izquierda Unida es la única formación que mantiene la esperanza de que el PSOE termine “virando” a la izquierda tras la investidura, según explicaba su líder Alberto Garzón. 

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