La represión y encarcelamiento que no acabó con ella el 5 de agosto de 1939, terminó con la vida de sus compañeras de celda. Este lunes, la rosa número catorce, Carmen Lafuente, ha fallecido en Madrid, según ha informado la secretaria de igualdad del PSOE de Alicante, María Ángeles Rochel.
Encarcelada con 16 años por el régimen franquista en la prisión de mujeres de Las Ventas, compartió celda con las conocidas como ‘las trece rosas’ y compartió también su angustia en sus últimos días y horas, antes de ser fusiladas. Su delito, la militancia en la organización Juventudes Socialistas Unificadas y su defensa de la legalidad republicana.
Lafuente fue condenada a veinte años de cárcel, de los que sólo cumplió una cuarta parte. Tras su salida de prisión residió durante casi dos décadas en Alicante; después, se trasladó a Madrid junto a sus dos hijos y seis nietos, e inició su militancia en la agrupación socialista de San Blas en 1977.
Ángeles Rochel ha asegurado que Lafuente «ha sido y será parte de la historia de miles de mujeres que lucharon por libertad y la igualdad, especialmente en unos momentos en los que defender esos valores podía significar sufrir represión, e incluso la muerte, como así ocurrió con muchas de sus jóvenes compañeras de prisión».
Mujeres como ella «y muchas otras a las que el franquismo segó la vida», ha señalado la secretaria de igualdad, «dejan a toda la sociedad un legado de compromiso con la democracia, con la libertad y con la visibilidad de las mujeres en nuestra historia». «Somos herederos y herederas de los valores y la convicción que costó la vida a una generación de hombres y mujeres que vivían con la esperanza de una España de progreso y libertad; y no podemos olvidarlo», ha concluido.
Este lunes ha acabado la vida de la última rosa, pero su legado perdurará en la historia, al igual de muchas de las canciones que idearon en su tiempo en prisión. “Pueblo de España te gritan las presas, esta injusticia no puede continuar, pues el hambre empieza a hacer estragos y es un mal general, general”, rezaba el final de una de ellas.