Mariano Rajoy vuela por los aires la última estrategia que el Partido Popular había puesto en marcha para desprestigiar el pacto PSOE-Ciudadanos y atacar donde más le duele a la formación naranja. «Este acuerdo lleva encubierto un referéndum en Cataluña», proclamó a los cuatro vientos el pasado domingo la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Una declaración con la que consiguió abrir todos los informativos y periódicos del día. Y en la que su vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, rebundó un día después en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección. «¿Rivera está de acuerdo con esto?», preguntó irónicamente.
En esa comparecencia, previa al debate de investidura, Levy alertó sobre la «deriva ideológica» de Ciudadanos y se mofó del «papelón» de Rivera tras el acuerdo firmado con el PSOE para investir a Pedro Sánchez presidente del Gobierno, pese a no ser el ganador de las últimas elecciones generales. Una decisión que cayó como un jarro de agua fría en 'Génova' y que los 'populares' han intentado afear por todos los medios. Por ello, la cúpula conservadora, tutelada por Cospedal, ha retorcido unas declaraciones que la exministra Carme Chacón hizo el pasado 26 de febrero en una radio catalana para llegar a la conclusión de que el acuerdo «conlleva un referéndum en Cataluña».
Una afirmación que no sólo desmiente el texto del acuerdo y las propias declaraciones textuales que hizo la socialista catalana, sino también su propio jefe de filas. «¿Cuál es su propuesta para Cataluña? Porque según lo que yo he leído, el acuerdo que usted ha firmado con Ciudadanos, propone para Cataluña lo que yo llevo haciendo a lo largo de estos años es decir, que no se celebrará nunca un referéndum de autodeterminación». De esta forma quiso Mariano Rajoy reprender al socialista en su réplica en el debate de investidura que se celebró este miércoles en el Congreso de los Diputados. Y resulta que también ha servido para demostrar su desconexión con el último discurso que los 'populares' habían puesto en marcha para perjudicar la imagen de Rivera.
El acuerdo firmado por PSOE y Ciudadanos especifica que ambos partidos se opondrán «a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación en cualquier territorio de España». La dirigente del PSC, por su parte, a lo que se refería era a la posibilidad de celebrar un referéndum sobre el futuro de Catalunya en caso de que los catalanes votasen mayoritariamente en contra de la nueva Constitución que su partido pretende impulsar. «En este escenario, el mensaje sería clarísimo y aquí nos tendríamos que poner todos a trabajar, (empezando) probablemente por lo que hizo Canadá, donde la pregunta tenía que ser pactada y muy clara y la mayoría suficiente», dijo Chacón. Una reflexión personal que en todo caso no se correspondería con el documento que su propia formación ha firmado con Ciudadanos.
Es más, Albert Rivera y todos sus portavoces han advertido por activa y por pasiva que su negativa a pactar con Podemos no sólo responde a una cuestión ideológica, sino principalmente a la defensa que la formación morada hace de la celebración de un referéndum en Cataluña. Pero ahora la estrategia del PP ya es otra. «Es fácil reconstruir puentes con Ciudadanos. Tenemos muchos puntos en común», ha asegurado este jueves el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. Lo ha hecho un día después del duro cruce de acusaciones que se intercambiaron Rajoy y Rivera en el Congreso. El líder de Ciudadanos recomendó a los 'populares' que se renovaran e incluso pidió la cabeza de Rajoy, pero Casado le ha restado importancia. «Es propio de la dinámica parlamentaria», ha justificado el 'popular'.
A partir del próximo lunes también arrancará una nueva etapa en la relación entre el PP y Ciudadanos. Eso sí, con toda previsión volverá a cambiar si el resultado final de los próximos dos meses de negociación es una nueva convocatoria electoral. Entonces, la rivalidad y el ansia por diferenciarse volverán a aflorar.