El 7 de marzo se abre un «nuevo escenario político» de duración limitada: dos meses. El fracaso previsible -salvo sorpresa mayúscula de última hora- del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la segunda votación que se celebrará a las 19:45 horas de este viernes pondrá en marcha el «reloj de la democracia». El margen para la negociación 'in extremis' de una mayoría simple (más síes que noes) no es estrecho, sino prácticamente imperceptible al ojo humano. Pero todas las formaciones políticas, a excepción del PSOE y Ciudadanos, se han emplazado al próximo lunes para retomar las negociaciones y formar un gobierno alternativo al presentado esta semana en el Congreso de los Diputados.
Las dos principales opciones que hay sobre la mesa son las mismas que el pasado 21D: la 'gran coalición' (PP y PSOE) con la posibilidad de incluir a Ciudadanos, aunque no sería imprescindible. Y el acuerdo que el PSOE podría alcanzar con Podemos, IU, Compromís, PNV y la abstención pasiva o activa de los independentistas. El Gobierno «transversal» que buscaba Sánchez (PSOE, Ciudadanos y Podemos) ya ha quedado descartado. Ciudadanos y Podemos no sólo se oponen a formar parte del mismo gobierno, sino también a ser cómplices de un «gobierno antagónico a sus principios y programas», en palabras de los portavoces de ambas formaciones.
No obstante, y a pesar del virulento debate que Rajoy e Iglesias protagonizaron contra Sánchez este miércoles, ambos están en disposición de retomar el diálogo a partir de la próxima semana. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha avanzado que el líder conservador llamará al socialista. Y varios portavoces de la formación morada también han anunciado que harán lo propio para conseguir que el PSOE se vuelva a sentar en la mesa de negociación a cuatro.
El «no» momentáneo de Podemos e IU
Podemos ya ha anunciado que la abstención de este viernes es imposible y ha confiado en que el previsible «fracaso» de Sánchez haga «recapacitar» al PSOE y vuelva a retomar las negociaciones para formar un gobierno de «progreso» y de coalición, pero sin Ciudadanos. De hecho, y tal y como ha explicado la diputada y dirigente de Podemos, Carolina Bescansa, la formación morada cree que lejos de haber roto puentes por el tono empleado en el debate por Pablo Iglesias, el PSOE estará a partir del viernes «un poco más cerca» de Podemos tras constatar que su acuerdo con Ciudadanos no suma, pero el gobierno «con la izquierda» sí.
La estrategia socialista de intentar atraer a su regazo a Izquierda Unida y Compromís, para presionar a Podemos, también se antoja complicada en estos momentos. El líder de IU-UP, Alberto Garzón, ya ha anunciado este jueves que en cuanto Sánchez «fracase» volverá a convocar una reunión de la mesa 'a cuatro' entre PSOE, Podemos, Compromís e IU para poner en marcha las negociaciones entre «fuerzas de izquierdas». A estas horas, según Garzón, Compromís y Podemos ya le han comunicado que acudirán al encuentro. El PSOE aún no ha contestado.
El escenario que los socialistas querían provocar, un acuerdo de «izquierdas» que obligara a Pablo Iglesias a elegir entre su acuerdo con Ciudadanos o el «no» junto al PP, se ha diluido. Así que ante esta situación, los socialistas han utilizado como última bala unas declaraciones de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en las que animaba a la formación morada a abstenerse este viernes, para convencer a Podemos. Unas declaraciones que pocos minutos después se ha visto obligada a matizar en Twitter. Tras asegurar que «sería bonito que hubiera el apoyo a quien está solicitando la investidura», ha aclarado que no debería de ser a cambio de nada. «Un gobierno fuerte y del cambio es un gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos».
Por el momento, las negociaciones oficiales están totalmente paralizadas. Eso sí, a la espera de ser retomadas a partir del próximo 7 de marzo. A partir de ahí, tanto PSOE como Ciudadanos tendrán que repensar sus papeles. Después del debate de investidura y de los duros enfrentamientos que han protagonizado Sánchez con Rajoy e Iglesias y Rivera con Rajoy, al que dio por amortizado para liderar un partido político, toca volver a posicionarse.
El PSOE ha insistido que el entendimiento con el Partido Popular es «imposible». No así tanto con Podemos. Varios dirigentes socialistas se han sentido muy ofendidos por las alusiones de Iglesias a Felipe González, los GAL y la «cal viva», pero los portavoces, César Luena y Antonio Hernando, han vuelto a insistir en que la «mano sigue tendida». Eso sí, Pedro Sánchez tendrá que volver a elegir: Ciudadanos o Podemos. El juego a dos bandas seguirá sin funcionar. Y las consecuencias en este sentido sólo podrán ser dos: o una nueva convocatoria electoral (130 diputados no suman) o contar con la abstención de los independentistas.
Nuevas elecciones o independentistas
Los socialistas han dicho que no gobernarán a cualquier precio; y por ello el Partido Popular insiste en que la solución sólo pasa por unas nuevas elecciones. Rajoy intentará de nuevo atraer a Sánchez, pero sabe que el éxito en este empeño es complicado. Esta es la razón por la que en su réplica a la investidura de Sánchez le acusó de «mentir al Congreso, al rey y a los españoles» y de ser el protagonista de «una farsa y una comedia de enredo» que sólo tiene como propósito su «propia superviviencia» y preparar «su campaña electoral». Fuentes 'populares' insisten en que si su veto y el de los independentistas se mantiene, ni el PSOE ni Podemos tienen más margen de maniobra. No hay nada más de que hacer. Los 40 votos de Ciudadanos son insuficientes por sí solos.
De hecho, la figura inflada de Albert Rivera en estas negociaciones podría estar a punto de diluirse. Su objetivo de conseguir la abstención del Partido Popular también está condenado al fracaso. Rajoy se negó a recibir a Rivera la semana pasada, puesto que sabía que su meta era pedirle que se abstuviera para hacer presidente al líder del PSOE. «Los puentes están rotos», ha advertido este jueves el líder de Ciudadanos. En principio, la intención de la formación naranja es seguir apoyando a Sánchez si el documento se mantiene intacto. Pero todo es una incógnita. Si el PSOE finalmente optara por Podemos y los independentistas, Ciudadanos caería en la irrelevancia. Los 'populares' intentarían negociar con Rivera, pero ya han advertido que no serán los siguientes en protagonizar una investidura fallida. El apoyo de los socialistas será imprescindible y éste hoy es «imposible».