Tras su fracaso en la investidura, el líder socialista, Pedro Sánchez, se ha convertido en el comodín que todos buscan o necesitan para desbloquear la situación política. El PP le pide ahora que se una a su proyecto o al menos que se abstenta y deje gobernar a Mariano Rajoy. Podemos, por su parte, le exige que explore las posibilidades de un “gobierno de izquierdas”. Mientras tanto, el PSOE sigue unido a Ciudadanos, formación con la que ha vuelto a reunirse este sábado.
El primero en pedir públicamente una decisión a Sánchez ha sido el presidente en funciones, Mariano Rajoy. “Para no ser el perro del hortelano, deje gobernar a quién ganó las elecciones”, ha insistido el ‘popular’. Durante un acto con alcaldes y afiliados del partido celebrado en el Palacio de Congresos de Salamanca, Rajoy ha criticado al resto de fuerzas políticas por protagonizar durante las últimas semanas «un sainete» por una posible investidura «sin programa» y que no contaba con fuerza parlamentaria suficiente para salir adelante.
El líder conservador ha lamentado los «dimes y diretes» de las últimas semanas y la propuesta de Sánchez, que a su juicio ha hecho «perder el tiempo» a España ante una situación a nivel internacional que «puede afectar» de forma negativa a la economía.
No obstante, el líder ‘popular’ ha asegurado que «el mayor problema» para el país no son esas dificultades procedentes de la situación exterior sino la posibilidad de tener un gobierno sin un programa ni unos objetivos «claros», y que «no sea capaz de fijar con claridad» las líneas de actuación.
El propósito debe de ser, según ha explicado, «consolidar la recuperación económica» y promover medidas para «seguir creciendo, seguir creando empleo y consolidar la recuperación» después de que «ya se hayan hecho cosas» durante la última legislatura pero «no son suficientes».
Rajoy resaltó que las políticas desarrolladas la pasada legislatura sirvieron para «aguantar la situación», pero ha insistido en que ahora es necesario «hacer más» y «no vale cualquier Gobierno para hacer esto». Es preciso, según sus palabras en Salamanca, «un gobierno estable, entre los que han ganado las elecciones, como los que hay en los países de Europa». Un Ejecutivo que, a su parecer, serviría para promover reformas que valgan para «mucho tiempo» y para «dar un mensaje de confianza».