El índice de riesgo de pobreza femenina en todas las edades ha crecido tres puntos -del 18,8% al 21,6%- en Catalunya, mientras que la tasa masculina ha disminuido, al pasar de un 20,7% a un 20,2%, según datos de 2014 respecto a 2013 del Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), que reflejan que la tasa general ha aumentado 1,1 puntos, situándose en el 20,9%.
Son cifras recogidas en el informe 'La feminització de la pobresa. Reivindicant una mirada de gènere', elaborado por Elisenda Rovira y con la coordinación de Sònia Fuertes, que ha sido presentado este martes en el ciclo de debates Catalunya Social, organizados por la Taula del Tercer Sector Social con la colaboración del diario 'Ara' y del Ateneu Barcelonès.
La tasa de riesgo de pobreza entre mujeres aumentó en el global -los niveles más altos corresponden a la franja de 16 a 64 años-, mientras que entre los hombres aumentó solo entre los mayores de 65 años y disminuyó en el resto.
El director general de la Taula del Tercer Sector, Toni Codina, ha dicho que la mayor vulnerabilidad de las mujeres tiene dos causas principales: la menor participación en el mercado laboral y el hecho de que no se tenga en cuenta el trabajo del hogar, y ha llamado a «intensificar la mirada de género» en la lucha contra la pobreza.
Más formación pero menos salario
Según el trabajo, las mujeres tienen más estudios de media que los hombres -0,6 años más-, si bien esta mayor formación «no sirve para cobrar más», han lamentado las autoras del estudio.
El documento también ahonda en la brecha salarial: el salario medio anual de los hombres es de 24.253 euros, mientras que el de las mujeres es del 20.740 euros, siendo los contratos indefinidos los que muestran más diferencia con 8.000 euros brutos anuales.
Además, alerta de que un 11,7% de los trabajadores catalanes tiene riesgo de pobreza, si bien afecta más a la población femenina con un 13,1% respecto al 10,5%, en el caso de los hombres.
Constata que el 57% de las mujeres trabaja fuera de casa -el 67,9% de los hombres-; el trabajo a tiempo parcial es más femenino para «conciliar la vida laboral con la familiar», y el paro es superior entre las mujeres que entre los hombres, circunstancias que llevan a las mujeres a cotizar menos y a tener pensiones más bajas.
Otro de los indicadores que refleja esta desigualdad es la tasa de pobreza entre familias monoparentales que es de 42,8% -menos que en el año anterior, cuando era del 43,3%-, porque más del 90% de estas familias las encabezan mujeres en Catalunya.