Reforma de la constitución y de la financiación autonómica, reparto equitativo del déficit y apertura de las vías de diálogo institucional. Son las principales propuestas que ha puesto sobre la mesa Pedro Sánchez, al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el encuentro que han mantenido este martes en la sede del gobierno catalán. Unas propuestas a cambio de nada porque, según asegura Sánchez, los líderes no han hablado de apoyos para una eventual investidura.
El objetivo de Sánchez era mostrar su intención de abrir las vías de diálogo institucional con la Generalitat, tras cuatro años de “bloqueo institucional”. El líder del PSOE quiere llegar a una “normalización de las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat y para eso, hay que normalizar el diálogo”, ha explicado.
Eso sí, Sánchez se ha mostrado dispuesto a hablar con los líderes catalanes, siempre dentro de la legalidad constitucional. “Si tenemos claros los márgenes, podemos hablar de todo” e insistía la idea del nuevo gobierno del cambio. “Quiero que Cataluña forme parte del cambio en España”, insistía
‘No’ al referéndum
Pese al revuelo que se ha creado por el encuentro en otras formaciones políticas, Sánchez comparecía en rueda de prensa para no decir nada nuevo en cuanto a su posición sobre política territorial. Las posturas de Puigdemont y las propias se mantienen y lo único que presenta como novedoso es la apertura de diálogo con la Generalitat, que presenta como compromiso si llega a la Moncloa.
Sánchez, que ha insistido en incorporar a Cataluña a la nueva “etapa de cambio”, ha zanjado la polémica sobre un posible referéndum en Cataluña, al rechazar el plebiscito “porque es ilegal” a la vez que defiende una reforma constitucional, tras la que habrá que votar.
“A mi juicio, en este caso el orden de los factores sí altera el producto”, decía Sánchez. Los independentistas, explicaba, “quieren votar para romper. Yo propongo acordar y después votar”, en referencia al plebiscito que se marca la propia Constitución en caso de ser modificada.
Reforma de la financiación autonómica, fundamental
Además de la reforma constitucional, Sánchez ha propuesto mejorar la relación y comunicación bilateral entre “los dos gobiernos”. Para ello, propone poner en marcha el diálogo sobre las reivindicaciones articuladas en 23 puntos que le envió Artur Mas a Rajoy en 2014 y que “ni siquiera tuvieron respuesta”.
Sánchez ha propuesto activar las conversaciones para hallar los puntos de encuentro en los que puede haber entendimiento: activación del corredor mediterráneo, reparto equitativo del déficit… y, sobre todo, una reforma de la financiación autonómica, que para el líder socialista, es una de sus principales propuestas y prioridades.
Primer encuentro
La reunión entre Sánchez y Puigdemont es el primero entre el presidente de la Generalitat y un líder de un partido a nivel nacional – y a nivel institucional. El rey no recibió al president tras su investidura (tampoco se reunió con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, para que le comunicara su elección) y se vieron por primera vez en el acto de inauguración en Barcelona del Mobile World congreso.
Lo más cerca que estuvo Rajoy de reunirse con Puigdemont fue el intento fallido del presidente de fijar una fecha con un “falso” president, que le llamaba desde un programa de radio de una emisora catalana. Más allá de eso, no ha trascendido ningún otro atisbo de reunión entre ambos líderes.
El primer encuentro oficial entre Gobierno y Generalitat se producirá este viernes, con la reunión entre el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, y el ‘conseller de Economía’ de la Generalitat, Oriol Junqueras, que le pedirá un anticipo a la liquidación definitiva del sistema de financiación.