El Partido Popular ya no disimula su absoluto convencimiento de que habrá elecciones. Por ello, la estrategia 'popular' vuelve a ser desgastar al rival. Principalmente a aquel que más votos le robó el pasado 20 de diciembre: Ciudadanos, la formación liderada por Albert Rivera, socio natural en época postelectoral, pero rival dañino en época electoral. El PP no estaba acostumbrado a disputarse el voto con otra formación en el espectro ideológico de la derecha. Vox lo intentó, aunque murió en el empeño. Ciudadanos, sin embargo, parece que ha llegado para quedarse. El PP, que ya está en campaña, ya ha colocado a Rivera en el centro de su diana.
A los 'populares' ya no les vale con los calificativos de «escudero» y de «banderillero político de Pedro Sánchez» para referirse a Albert Rivera. También se les han quedado cortas las mofas y las insinuaciones sobre unos posibles «cuernos» por parte del PSOE. Ya ni se acuerdan de cuestionar a Rivera por el supuesto referéndum en Cataluña, que según interpreta el PP, se incluye en el pacto PSOE-Ciudadanos. Lo importante para el PP hoy es que el electorado tenga claro que la responsabilidad de una nueva convocatoria electoral no es suya, sino del PSOE y Ciudadanos, que se mantienen unidos, pese a que su «enlace» está condenado al fracaso.
Esto es lo que ha llevado al secretario de Organización, Fernando Martínez Maillo, a acudir a una nueva fórmula de ataque electoral: insinuar que PSOE y Ciudadanos puedan presentarse en «coalición» si finalmente hay una nueva convocatoria electoral. Así es como se ha expresado el dirigente 'popular' este lunes, tras el Comité de Dirección presidido por Rajoy, cuando ha valorado que el resultado de la consulta de Podemos (un no rotundo al acuerdo PSOE-Ciudadanos) evidencia que tanto Sánchez como Rivera están en «soledad». Según Maillo, si Sánchez y Rivera mantienen su pacto «más allá del día 25», cuando el Rey hará una segunda ronda de consultas, «igual es porque pretenden ir juntos en coalición a las elecciones».
El PP sabe de sobra que ninguna de las dos formaciones considera esta opción. Pero es un fantasma al que Rajoy le interesa alimentar, puesto que se podría traducir en un importante trasvase de votos de Ciudadanos al PP. Las últimas encuestas publicadas apuntan a un ascenso (leve) no sólo de los 'populares', sino también de Ciudadanos. El diagnóstico que a estas horas impera en Génova es que se está produciendo una fuga de votos que finalmente podría beneficiar al «bloque de derechas». Según lo ven los 'populares', la situación actual podría provocar un trasvase de votos de la derecha de Ciudadanos al PP, y de la derecha del PSOE a Ciudadanos.
La ambigua relación PP-Ciudadanos
Una relación de amor-odio, repleta de altibajos. Así es como ha sido la ambigua historia entre Ciudadanos y el PP desde que los de Albert Rivera decidieran dar el salto a la escena nacional. Hoy, en la cúpula del PP existen dos sensibilidades respecto a esta relación. Por un lado están los que piensan que no debe tensarse en exceso la cuerda con Ciudadanos, con los que, según alertan algunas encuestas publicadas, se podría rozar la mayoría absoluta el próximo 26 de junio si finalmente no se llega a un acuerdo antes del próximo 2 de mayo.
Y por otro lado, los que piensan que el PP no debe nada a los de Rivera. Y menos aún tras el pacto con el PSOE, y la agresividad del líder de Ciudadanos durante el debate de investidura fallido, en el que Albert Rivera certificó el alejamiento con Mariano Rajoy, al que exigió que diera un paso atrás si quería que el Partido Popular tuviera alguna opción de volver a ocupar La Moncloa. Una petición que el PP no contempla
La «expectativa de la llamada» a Sánchez
«Nosotros ni lo queremos ni lo deseamos, pero no tenemos miedo». Así de contundente se mostraba este lunes el Martínez Maillo cuando insistía en que las únicas opciones viables que hay sobre la mesa para desbloquear la situación son las mismas que había el pasado 21 de diciembre: una gran coalición PP-PSOE que sigue vigente por parte de los 'populares'. Un acuerdo PSOE-Podemos que cuente con la complicidad de los independentistas y que supondría «una traición» para los votantes socialistas. O unas nuevas elecciones.
El PP asegura en público que Rajoy mantiene su intención de llamar a Sánchez, y que de hecho «aún hay tiempo suficiente» para alcanzar un acuerdo si el líder socialista estuviera dispuesto. Para ello, la dirección 'popular' espera un «gesto» por parte de Sánchez que invite a hacerlo. Un «gesto» que, sin embargo, en privado reconocen que lo más seguro es que no se produzca. «Creemos que Sánchez no cerrará la puerta a Podemos hasta el final», advierte un miembro de la dirección 'popular'. Según el PP, si no fuera así el PSOE sólo tendría dos opciones: el PP o unas nuevas elecciones. «Y esta es la última elección que forzaría Sánchez en estos momentos».
Los 'populares', por su parte, también están dispuestos a mantener la intriga con su supuesta llamada a Sánchez hasta el final. «Para nosotros es más importante la expectativa de la llamada que la llamada», reconocen fuentes 'populares', conscientes de que el fracaso de esta comunicación es evidente.