En los últimos compases de la II Guerra Mundial los nazis acentuaron su presión en Hungría sobre el pueblo judío. En marzo de 1944 Hitler no se fiaba ya de su aliado en el este de Europa y las tropas alemanas avanzaron para ocupar Budapest. Fue entonces cuando la comunidad judía húngara, hasta ese momento discriminada y segregada, comenzó a sufrir el odio y la crueldad del nazismo contra los judíos, las deportaciones en masa, el internamiento en campos de concentración y el exterminio en las cámaras de gas. Los gitanos húngaros corrieron la misma suerte.
Muchos murieron. Algunos consiguieron sobrevivir al Holocausto. En el recuerdo de quienes consiguieron huir del genocidio siempre estuvo presente la extraordinaria labor del diplomático español Ángel Sanz-Briz, por entonces destinado en Budapest. Sanz-Briz asumió un alto riesgo para proporcionar, en primer lugar, salvoconductos a judíos de origen sefardí y después a cualquier judío perseguido. Entre los pasaportes españoles expedidos y las casas que alquiló como escondite, las cuales protegió como si fueran dependencias de la Embajada de España en Hungría, consiguió salvar a más de 5.000 judíos del Holocausto orquestado por los nazis.
Ahora, con motivo de la Presidencia húngara de turno de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), la Embajada de Hungría en España, el Centro Sefarad-Israel y la Comunidad Judía de Madrid han recordado a las víctimas del Holocausto de Hungría, así como la historia de los supervivientes que encontraron refugio en nuestro país. El homenaje ha tenido lugar en el Centro Cultural Nicolás Salmerón del Ayuntamiento de Madrid. Al acto asistieron diversos miembros del cuerpo diplomático acreditado en España.
La embajadora de Hungría en España, Enikö Györi, inauguró el acto recordando que el Holocausto fue “una de las mayores tragedias de la humanidad”. Asimismo, puso de relieve la necesidad de fomentar la educación sobre lo que significó el genocidio, combatir el antisemitismo e hizo mención a la persecución que también padeció el pueblo gitano por parte del nazismo. Recordó que las deportaciones de judíos, iniciadas en abril de 1944, contaron con la colaboración de las autoridades húngaras de aquel entonces. En este sentido, la embajadora Györi subrayó que en la actualidad Hungría “ha comprendido ya lo que supusieron aquellos trágicos acontecimientos para el pueblo judío” pero, añadió, “es imprescindible seguir ahondando en el conocimiento de los destinos individuales” de quienes sufrieron el horror del Holocausto.
Tras evocar que un número destacado de perseguidos llegaron a España, donde pudieron rehacer sus vidas en la medida de lo posible, Györi hizo mención al más de un centenar de actos organizados para perpetuar la memoria del genocidio durante la presidencia húngara de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto. Rumanía será el país que releve a Hungría en la presidencia de turno de esta institución.
Salvoconductos españoles
En la presentación del acto intervinieron también David Hatchwell, Presidente de la Comunidad Judía de Madrid, quien señaló la importancia de mantener viva la memoria de lo que sucedió, así como la tradición oral a través de la cual hemos podido conocer el testimonio de quienes fueron víctimas del genocidio nazi.
Por su parte, el diplomático Miguel de Lucas, Director General del Centro Sefarad-Israel, tuvo palabras de agradecimiento para la Embajada de Hungría, con la que ha existido “una colaboración muy estrecha” a lo largo de este periodo de presidencia de la IHRA. Asimismo, rememoró la figura de Ángel Sanz-Briz, “nunca suficientemente valorado” y relató la historia de uno de los supervivientes ayudado por el embajador, quien llevó consigo durante toda su vida el salvoconducto que le diera el diplomático español para poder escapar de los campos de exterminio. También recordó Miguel de Lucas que el Ayuntamiento de Budapest dedicó hace unos meses una avenida al “ángel de Budapest”, sobrenombre con el que es conocido Sanz-Briz por haber salvado tantas vidas.
Como parte de este homenaje fue presentado el estudio “España y los supervivientes húngaros del Holocausto. Memorias contadas”. En la presentación del libro estuvieron, además de los historiadores Ignacio Szmolka Vida y Judit Zsolnai, autores de este trabajo, Eva Benatar y Patricia Weisz. El coloquio fue moderado por el abogado y escritor Jorge Trías Sagnier.
Patricia Weisz, hija de la célebre superviviente del Holocausto Violeta Friedman, contó como su madre fue internada en Auschwitz con 14 años, donde murió toda su familia salvo ella y su hermana. Tras un periplo por Canadá y Venezuela recaló en 1965 en España. Durante cuarenta años Violeta no quiso hablar de lo sucedido, hasta que en 1985 unas declaraciones a la revista Tiempo del exjefe de la Waffen-SS Léon Degrelle, negando la existencia de los campos de exterminio, la llevó a iniciar acciones legales contra el excomandante nazi que sentaron doctrina constitucional y precedente para la reforma del Código Penal en nuestro país. El nazi Léon Degrelle vivió en España tras la guerra bajo una identidad falsa, hasta su muerte en 1994. Degrelle estuvo amparado por el régimen de Franco y nunca pudo ser extraditado.
Finalizado el coloquio tuvo lugar un concierto de piano en memoria de las víctimas del Holocausto, interpretado por los hermanos Daniel y Gari Cayuelas-Krasznai.