El exconsejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid Francisco Granados ha pedido este viernes que se le permita hablar de la Púnica en la Asamblea de Madrid e irónicamente ha dado las gracias a quienes eran de su confianza y ahora le niegan su apoyo.
«Doy las gracias a aquellos que consideraba amigos que han tenido la amabilidad de sacarme de mi error y espero que dios se lo pegue algún día», ha dicho Granados.
Durante su comparecencia por videoconferencia en la cuarta sesión sobre el supuesto espionaje entre miembros del PP de Madrid, dentro de la comisión de investigación sobre corrupción política en la Comunidad de la Asamblea de Madrid, Granados ha dedicado su mensaje final para pedir disculpas a los miembros de la comisión por las discusiones provocadas, sobre todo al principio, por el objeto de su comparecencia.
Así, ha pedido a la Asamblea que le permita «más pronto que tarde» que le citen para hablar sobre «supuesta corrupción» en la Comunidad, sobre el caso Púnica y para trasladarles a los ciudadanos «la situación de indefensión y lesión grave de sus derechos» que, a su juicio, pasa en la cárcel. «Que se produzca la comparecencia por el bien de la verdad y la democracia», ha añadido.
A parte de agradecer la convocatoria de hoy, Francisco Granados también ha agradecido las muestras de apoyo de su familia y de sus verdaderos amigos. A continuación ha dedicado algunas palabras a periodistas.
En este sentido, ha hablado de los que se llevarán alguna «decepción» con las declaraciones de hoy, de los que «no se han ahorrado ninguna crítica a su persona» y a otros que «sí han respetado su derecho a la presunción de la inocencia», ese principio que, a su juicio, no encarna la «nueva política».
Igualmente, ha querido agradecer el trato dispensado por sus compañeros presos del módulo 13 de la cárcel de Estremera, que le han dado «ánimos para seguir» y por los funcionarios de prisiones con los que trata.
«Unos profesionales que nunca hemos valorado porque no dan votos y que, pese a lo que dicen algunos maledicentes, me han tratado exactamente igual que a todo el mundo. Docenas de personas que lo atestiguan. Me han tratado como a todo el mundo con absoluta profesionalidad, humanidad; un trabajo impagable y casi nunca reconocido», ha concluido Granados no sin antes lanzar un mensaje de cariño «a sus compañeros de partido, que se merecen lo mejor».