El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata iniciará este jueves con la comparecencia de los consultores de Pamplona Adolfo Suárez Lopetegui e Israel Suárez Hermoso de Mendoza la ronda de interrogatorios de la causa en la que investiga al diputado Pedro Gómez de la Serna y el exembajador de España en la India y exparlamentario Gustavo de Arístegui por cobrar comisiones ilegales a cambio de trabajos de intermediación, para que empresas españolas consiguieran contratos en el exterior de hasta 250 millones de euros.
El magistrado ha citado a declarar en calidad de investigados desde las 10.00 horas a los propietarios de Auditoría & Consulting Navarra por sus vínculos con la empresa holandesa Castelino BV. Suárez fue el auditor de las cuentas del Osasuna durante diez años. Además, ha citado a los representantes de United Consultancy Services y al agente externo Cristobal Tomé Becerra.
El 3 de mayo tomará declaración a José Luis Tomé Becerra, Germán Junquera Palomares, consejero y director general de la empresa Internacional de Desarrollo Energético; y Ramón López Lax, director general para el norte de África de esta compañía.
Por su parte, el 4 de mayo comparecerán José Faya López, empleado del despacho Voltar Lassen, que dirigía el parlamentario; y los representantes de las empresas Internacional Desarollo Energético, Electrificaciones del Norte (Elecnor) y Dial Trading.
Ha citado para el 6 de mayo a Borja de Arístegui Arroyo, hijo del exembajador y administrador único de la compañía Arroyo de Lagasca; al exembajador Gustavo de Arístegui a partir de las 12.00 horas y los representantes de las sociedades Karistia, Arroyo de Lagasca y Karistia Maroc o Kamaroc RL. El 9 de mayo será el turno del abogado José Félix González Noriega y un día después del representante de Scardovi.
De la Mata ofreció al diputado Pedro Gómez de la Serna, que se presentó como número dos del Partido Popular (PP) por Segovia en las últimas elecciones generales e inscrito actualmente en el Grupo Mixto, comparecer voluntariamente el día 10 de mayo por su condición de aforado, según los derechos que le confiere el artículo 118 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Sobornos y comisiones
En relación con el delito de integración en organización criminal, el magistrado explicó el pasado enero que existen indicios de que los querellados «se concertaron» con funcionarios extranjeros y otras personas para «apropiarse de importantes cantidades de dinero mediante un complejo sistema de sociedades pantalla y una red de colaboradores».
La trama se dedicaba, según el juez, a «recibir dinero de distintas empresas españolas en atención a su función pública, con la promesa de intermediar para conseguir contratos en el extranjero; abonar sobornos y comisiones a funcionarios extranjeros para conseguir adjudicaciones de contratos y quedarse para sí importantes comisiones de éxito premio por el buen fin de las gestiones».
Según el magistrado, «la actividad criminal se extendía desde la ideación del sistema hasta la puesta en marcha de los instrumentos societarios y la red de agentes; la celebración de los acuerdos con las distintas sociedades y empresas para asegurarse pagos y comisiones; la celebración de acuerdos con funcionarios públicos de otros países a los que abonarían comisiones y sobornos; y la percepción posterior de nuevas comisiones en caso de éxito de las gestiones».
Con respecto al delito de corrupción en las transacciones económicas internacionales, el juez señalaba que de la investigación preliminar de la Fiscalía se deduce la existencia de «posibles pagos dinerarios» realizados a autoridades y funcionarios públicos de Argelia y a sus familiares en relación con dos contratos de obra por la construcción de la estación desaladora de aguas de Souk Tleta, por un importe de 250 millones de euros, y el tranvía de Ouargla, con un coste de 230 millones.
Las dos obras fueron adjudicadas a las empresas Internacional de Desarrollos Energéticos y Elecnor, a través del grupo Voltar Lassen, que dirigían Gómez de la Serna y Arístegui, con la actuación del agente externo Cristóbal Tomé Becerra.
El cohecho vendría condicionado por los pagos realizados por las empresas españolas a Gómez de la Serna y Arístegui, que se ejecutaron «directamente» o, debido a su condición de autoridad y funcionario público, a través de las empresas Scardovi (propiedad del diputado) y Karistia (controlada por el exembajador).
El delito de blanqueo de capitales se habría cometido, según su auto, tras la creación de una estructura internacional de sociedades pantalla que no tenían ninguna actividad mercantil y que realizaron «movimientos internacionales de capital que siguieron estructuras sofisticadas de ocultamiento del dinero».
En esta operativa habrían participado las sociedades Arroyo de Lagasca, Karistia Maroc SRL o Kamaroc y Castelino BV. Estas dos últimas, con domicilio social en Marruecos y Holanda, tendrían como «misión primordial» ocultar los beneficios dimanantes de los anteriores delitos y ser instrumento para su comisión bajo apariencia de una actividad mercantil».