La diputada socialista en el Congreso Meritxell Batet y el exsenador socialista Carles Martí han oficializado sus candidaturas para encabezar la lista del PSC por Barcelona en las elecciones generales del 26 de junio.
Ambos han comunicado a la secretaria de Organización, Assumpta Escarp, que quieren participar en las primarias que celebrará el partido el 14 de junio para alumbrar a un candidato, han explicado fuentes cercanas.
Batet presentó su candidatura oficialmente el viernes, después de comunicarlo a los dirigentes del partido en una reunión extraordinaria del Consell Executiu, mientras que Martí lo hizo el domingo.
El periodo para oficializar la candidatura finalizaba a las 10 horas de este lunes y ahora los candidatos tienen hasta el viernes para lograr los avales necesarios: 82 miembros del Consell Nacional o 869 militantes.
Batet cuenta con el beneplácito de líder del PSOE, Pedro Sánchez, el del PSC, Miquel Iceta, y de un nutrido grupo de dirigentes y militantes, por lo que previsiblemente logrará los avales requeridos.
Martí también cuenta con apoyos entre sus compañeros de partido y basará su estrategia de recogida de avales entre los militantes y no entre los miembros del Consell Nacional, según fuentes cercanas.
Si ambos logran los apoyos necesarios, los afiliados deberán elegir a uno de ellos en una votación que se celebrará el sábado 14 de mayo, aunque existe la posibilidad de que finalmente se evite este proceso.
Martí anunció el viernes su voluntad de llegar a un «acuerdo» con Batet para retirar su candidatura si logra el compromiso explícito de que se renovará la lista con la que se presentó en los últimos comicios la anterior candidata, la diputada en el Congreso y exministra Carme Chacón.
Las negociaciones se iniciarán previsiblemente este lunes, cuando Batet ha destacado que «será muy bienvenido» si Martí da un paso atrás y se aparta de la carrera para liderar la lista del PSC por Barcelona.
Tanto Batet como la mayoría de dirigentes del partido creen que unas primarias ahora pueden ser más perjudiciales que beneficiosas, teniendo en cuenta la tensión que despiertan y la precipitación de las elecciones.