El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha confirmado su intención de agotar la legislatura y ha ratificado que no adelantará las elecciones autonómicas para que coincidan con los comicios generales que se repetirán en junio. A su juicio, dada la «crisis» de la oposición, un anticipo sería «lo fácil», pero «lo correcto» es preservar la «estabilidad» política e ir a las urnas «cuando mandan los gallegos»: en otoño.
En declaraciones a los medios, tras participar en la apertura del Bosque de Galicia, en el Gaiás, Feijóo ha proclamado que se presenta otra vez como candidato del PPdeG porque tiene «un proyecto» para Galicia y ha señalado que no sería adecuado convocar en este momento sólo porque «todo apunta que la suma puede dar» y que los populares conseguirían un tercer mandato dadas «las crisis que persisten en el PSOE, las convulsiones de las mareas de Podemos y la situación comprometida del BNG».
«Me presento para ser el presidente de Galicia con un proyecto y con una propuesta; no me presento para intentar que la suma me dé en este momento y poder revalidar una mayoría absoluta dada la situación de absoluta fragilidad y con una crisis desconocida en su intensidad que está viviendo la oposición», ha expuesto Feijóo.
«Dije y sigo diciendo que lo importante es lo que interesa a Galicia y no lo que me pueda interesar a mí o a mi partido», ha agregado, antes de insistir en una premisa que ha marcado su discurso en los últimos meses, la de la «estabilidad» que contrapone con la «inestabilidad» que atribuye a la fragmentación del escenario político estatal y a la fragmentación de la izquierda».
Así, se ha mostrado convencido de que «lo que le interesa a Galicia en este momento es salir de la situación de inestabilidad y de desprestigio que se vive en la política nacional». No en vano, ha argumentado que, «mientras se discutía la situación política y el teatro que han hecho las fuerzas estatales», su Gobierno «aprobaba presupuestos, bajaba impuestos y hacía inversiones».
Satisfecho por haber «garantizado la estabilidad», ha asegurado que seguirá haciéndolo porque «cree» en Galicia y porque «no» le parece «aceptable aprovecharse» de una situación que «nunca se vio en la comunidad, con «una oposición fragmentada y dividida, con unas peleas internas impropias». «Eso es lo fácil», ha aseverado.
Frente a ello, ha señalado que «lo correcto y coherente» es «seguir garantizando la estabilidad».
«Y la estabilidad en este momento se garantiza con seguir gobernando, agotar la legislatura y hacer las elecciones cuando los gallegos nos mandan; y los gallegos nos mandan ejecutar los mandatos, dar estabilidad y sacar a Galicia de la estabilidad que en estos momentos se vive en el resto de España», ha zanjado.
Tras semanas en las que ha evitado expresamente descartar el adelanto, pese a la insistencia mediática en torno a esta cuestión, Feijóo ha elegido un acto en la Cidade da Cultura para ratificar que su intención es agotar mandato y que las elecciones se celebren en otoño. En todo caso, con la bandera de la «estabilidad» presente en todas sus últimas intervenciones públicas, el mandatario sí había dado a entender que un anticipo electoral no estaba entre sus planes.
Conocedores de que no desvelaría su decisión hasta el último momento, la sensación entre los dirigentes populares en las últimas semanas era de tranquilidad, frente a las especulaciones de la oposición, y la percepción generalizada, ya desde el momento en el que su jefe de filas anunció que repetiría como candidato, es que no habría adelanto electoral, si bien hay voces que, al menos en privado, reconocen que no adelantar puede ser «un error».
«La oposición nunca va a estar en una situación tan crítica como ahora», ha señalado un dirigente popular consultado, mientras que otros subrayan que sería «demasiado ventajista». Sin embargo, el factor que aglutina más voces en contra del adelanto es el que hace referencia al hecho de que concurrir a las urnas al tiempo que Mariano Rajoy en el Estado no causaría «ningún beneficio» a Feijóo, a quien algunos de los suyos ven como «una marca en sí mismo».
Finalmente, en la línea con el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, quien también ha descartado un anticipo de las autonómicas vascas, Feijóo ha apostado por agotar. Dentro del PPdeG, confían en que su líder «acierte» dado su «instinto político» e inciden en que esperar a otoño permite que se desvele otro factor que podría influir en la cita gallega: el panorama que dejen las generales de junio.
En todo caso, también reconocen la «dificultad» de unos comicios que equiparan a los del año 2009 y avanzan una actividad intensa en los próximos meses. De momento, a modo de campaña interna para el congreso que este fin de semana le permitirá su lanzamiento como candidato, Feijóo recorre Galicia para empezar a movilizar a los suyos en las agrupaciones de las cuatro provincias.