martes, septiembre 24, 2024
- Publicidad -

La política del puente

No te pierdas...

El estado de forma de un político se puede medir fácilmente en función de su capacidad de convocatoria. Tras los fastos del 2 de mayo en la Real Casa de Correos de Madrid, solo hay una conclusión posible: Cristina Cifuentes está “on fire”.

No solo los paracaidistas cayeron del cielo con banderas enfundados en sus monos chillones de fiesta, la infantería desfiló y los ciclistas de Carmena dieron el tono del Ayuntamiento ­–alguien se preguntaba si esa parte de desfile era un homenaje a los sufridos mensajeros en bici de Madrid–, antes de que la caballería ofreciera el broche solemne. Pérez Reverte estaba en su sitio, condecorado, y el patio de butacas repleto de personalidades políticas. Lo que, se figurarán, le dio a la fiesta un bonito aire preelectoral.

El primero, el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, de quien sabemos su poco entusiasmo por los desfiles, como para creer que se iba a presentar en uno al que no le tocaba asistir. Su presencia en la fiesta de Cifuentes, por tanto, no se pudo deber al ardor que la han infundido los héroes del 2 de mayo (Daoíz y Velarde, oficiales del Ejército aquel 1808), sino la clave electoral. Más cabe pensar que ante el nuevo reto electoral la presidenta madrileña es un activo del que Rajoy quiere echar mano.

También estaba Rivera, Albert, de apoyo al Ciudadano creciente, Ignacio Aguado. Quizás con un estilo algo áspero para lo que suele ser la formación, pero que ha pilotado el pacto con Cifuentes sin coste electoral ni de prestigio. Otro activo en campaña.

Los otros actores de la cita electoral en ciernes también estuvieron, pero con menos relumbrón, no en vano jugaban en campo contrario. Gabilondo, José Manuel López y Manuela Carmena acudieron a los actos, si bien no se dejaron ver en el cóctel posterior.

No es de extrañar, ya que el mediodía de Madrid estaba más para terrazas que para el invernadero que es el patio de la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Que ponerse de tiros largos en día festivo no es plato de gusto, por más que en el cóctel hubiera bocadillitos de calamares, todo un guiño a la cercana Plaza Mayor. Vamos, que daban ganas de quedarse de puente.

Aunque, bien mirado, Rajoy, Rivera, Cifuentes, Aguado, estaban de puente. De tender puentes.

 

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -