lunes, noviembre 18, 2024
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La fiscal asegura que Maestre «está en su derecho de alardear de ser puta»

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La fiscal Marisa Morando ha impugnado el recurso que la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, presentó contra su condena judicial con un escrito en el que afirma que está en su derecho de «alardear de ser puta», pero que al hacerlo ante el altar ofende a los católicos.

«Es obvio que las señoritas están en su derecho de alardear de ser putas, libres, bolleras o lo que quieran ser, pero esa conducta realizada en el Altar, espacio sagrado para los católicos al encontrarse allí el Sagrario, lugar donde según sus creencias se encuentra Dios, implica un ánimo evidente de ofender», argumenta la fiscal en su escrito.

La portavoz del Gobierno municipal de Manuela Carmena, preguntada por este asunto, ha considerado que ese escrito «dice más de quien lo escribe que de quien está tratando de hablar».

La portavoz municipal fue condenada por un juzgado de Madrid a una multa de 4.320 euros por un delito contra los sentimientos religiosos por manifestarse con el torso descubierto en la capilla de la Universidad Complutense (UCM) en 2011 y recurrió la sentencia.

En el escrito en el que se opone a ese recurso, la fiscal cuestiona las frases «pretendidamente ingeniosas» que profirieron los asaltantes de la capilla sobre el papel de la mujer en la Iglesia o que se mostrara el cuerpo desnudo o en sujetador en un lugar sagrado para los católicos.

A su juicio, que llevaran escritas en sus cuerpos las palabras «violenta, bollera, puta, libre, lesbiana» como «alarde de su forma de vivir» supera «con mucho la libertad de expresión».

«Es un ejercicio lamentable que grupos universitarios pretendidamente liberales y progresistas quieran imponer sus ideas y sus pretensiones atacando por la fuerza a quienes no les han atacado. Y es un ejercicio de cinismo pretender amparar esa conducta en el ejercicio de la libertad de expresión», expone la fiscal.

Recalca que lo que pretendían los asaltantes era ofender y atacar a los allí presentes: «Eso se perseguía y eso se consiguió. Ofenderles hasta hacer llorar a alguna de las presentes fue el resultado».

Añade la fiscal Morando que «para profanar no es necesario tocar», sino que basta con rodear el altar como hicieron. «Quitarse el sujetador sin más no es un delito. Pero en nuestra cultura la forma de vestir o no vestir implica una falta de respeto y consideración frente al otro. En la playa es normal estar sin sujetador para broncearse todo el cuerpo. Pero era un templo, no una playa», afirma.

A su juicio, lo ocurrido supera lo que habría sido una «falta de protocolo o de saber estar», es decir, quedarse en sujetador en un pleno municipal o una recepción oficial, algo que no hace -interpreta- «seguramente porque respeta esos actos y lo que representan».

La fiscal defiende su independencia en este proceso y asegura que si esos hechos se hubieran producido en una mezquita o en una sinagoga «se hubieran censurado igual y la misma acusación se habría formulado». 

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