La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido en la provincia de Toledo a un «ciberdepredador«, en terminología policial, de 30 años, que embaucaba a niñas para obtener material pornográfico infantil haciéndose pasar por un adolescente de 14 y al que se le atribuyen un centenar de víctimas.
Al detenido se le imputan los delitos de corrupción de menores, coacciones, amenazas e inducción de menores al abandono del domicilio, y tras su puesta a disposición judicial se ha decretado su ingreso en prisión.
El arrestado se hacía pasar por un adolescente en internet y utilizaba las redes sociales y distintas plataformas de mensajería instantánea para atraer a las menores mediante engaños haciéndolas creer inicialmente que compartía con ellas inquietudes para después, bajo la falsa creencia de que mantenían una relación sentimental virtual, obtener fotos y vídeos de índole sexual.
Los datos obtenidos por los investigadores apuntan a que venía desarrollando esta actividad delictiva desde 2008 y que habría conseguido su objetivo en un centenar de ocasiones sumando víctimas españolas y extranjeras, informa la Dirección General de la Policía.
La investigación comenzó tras la denuncia interpuesta ante la Guardia Civil por los padres de una menor, de 11 años, que vivía en una población de la provincia de Málaga, por la desaparición de su hija sin previo aviso y sin dejar muestras de dónde había ido. Una vez conocido este hecho la rápida actuación de los agentes permitió frustrar la fuga de la menor.
Posteriormente se hicieron comprobaciones sobre las circunstancias de la fuga y se pudo determinar que detrás de la misma había un inductor.
Se trataba de un hombre con el que la menor mantenía contacto diario desde hacía tiempo a través de redes sociales y desde un aplicación de mensajería instantánea.
Igualmente se comprobó la existencia de conversaciones entre ambos con un alto contenido sexual y el intercambio de imágenes y vídeos pornográficos.
Después de identificar al presunto responsable agentes de la Guardia Civil descubrieron que esta persona también estaba siendo investigada por la Policía Nacional, que había recibido otra denuncia de una menor, igualmente de 11 años, que vivía en Fuenlabrada (Madrid), por lo que ambos cuerpos continuaron la operación de manera coordinada.
La menor que pretendía fugarse aseguró que dicha persona era un «cibernovio» que tenía 14 años y que vivía en Madrid con sus padres como así lo corroboraban las imágenes que le enviaba.
La niña estaba tan «enganchada» que a sus padres les resultó imposible inicialmente convencerla para que cesara el contacto y ella continuó la relación a escondidas.
Ante la sospecha de que la menor estuviera siendo engañada los agentes llevaron a cabo diferentes actuaciones con el fin de averiguar quién era realmente la persona que estaba detrás del «nick» con el que contactaba la niña.
Con toda la información recabada se pudieron confirmar las sospechas iniciales al determinarse que el supuesto adolescente de 14 años era en realidad un hombre de 30 residente en la provincia de Toledo.
El detenido creaba en distintas redes sociales perfiles falsos en los que simulaba ser un adolescente con gustos similares a los de las menores con las que mantenía contacto.
Después las embaucaba durante varios días hablando de aficiones e inquietudes en común y cuando lograba empatizar con ellas iba subiendo de tono sus conversaciones y les solicitaba finalmente imágenes íntimas con la falsa creencia por parte de las menores de que mantenían una relación sentimental de tipo virtual.
Cuando las víctimas querían romper y dejar de mandar imágenes el detenido las coaccionaba y las amenazaba con hacer públicas a través de internet las fotografías que ya tenía en su poder y las exigía que enviaran otras más degradantes y vejatorias.
A principios de este mes los agentes se trasladaron a su domicilio, donde le detuvieron y hallaron infinidad de dispositivos de almacenamiento informático con imágenes y vídeos pornográficos en los que aparecen menores.
Los agentes han comprobado que el detenido comenzó a desarrollar su actividad delictiva en 2008 y que habría logrado engañar a un centenar de menores difundiendo posteriormente las imágenes de pornografía infantil que obtenía tanto en España como en el extranjero.
Las víctimas con las que interactuaba eran de una especial vulnerabilidad ya que eran menores de entre 11 y 16 años.
La operación, que continúa abierta para tratar de identificar a otras víctimas, ha sido llevada a cabo de manera conjunta por agentes del Equipo Mujer/Menor de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Málaga, del Grupo III de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Fuenlabrada y del equipo de Policía Judicial de Villacañas (Toledo).