Un grupo de expertos realiza desde hoy hasta el próximo viernes una serie de exploraciones para determinar la presencia de una falla desconocida en el mar de Alborán que ha provocado terremotos sentidos en el sur de Andalucía, Ceuta y Melilla.
Según ha informado en un comunicado el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), se desarrollará una campaña de investigación oceanográfica en el Buque de Investigación Oceanográfica Hespérides para analizar la inestabilidad submarina asociada a una nueva zona de falla desarrollada en la denominada Crisis Sísmica de 2016 en el Mar de Alborán, dentro del proyecto Incrisis del IGME.
La campaña está codirigida por Gemma Ercilla (Instituto de Ciencias del Mar, CSIC, Barcelona) y Jesús Galindo (Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, CSIC-Universidad de Granada).
Cuenta con la participación de investigadores del IGME y otras instituciones españolas como el Instituto Español de Oceanografía, el Instituto Hidrográfico de la Marina o el Real Instituto y Observatorio de la Armada) y entidades extranjeras como las universidades de París VI y Oujda (Marruecos).
Según la fuente, esta campaña de geología marina es una oportunidad única para conocer los efectos que la sismicidad de estas características provoca en el fondo y subfondo del Mar de Alborán, como desplazamientos del fondo marino, desencadenamiento de deslizamientos y otros riesgos asociados a los mismos que afectarían a costas marroquíes y españolas.
Los resultados de esta campaña serán analizados durante el desarrollo de un nuevo proyecto de investigación (DAMAGE) solicitado a convocatoria del Ministerio de Economía y Competititividad (MINECO) y contribuirán a caracterizar la peligrosidad geológica de las fallas activas en el Mar de Alborán.
El último terremoto se produjo el 25 de enero de magnitud 6,3 con epicentro en el Mar de Alborán que ocasionó daños materiales en Melilla y ciudades marroquíes y fue sentido también en varios puntos de Andalucía.
Se trata del principal terremoto de la crisis sísmica que continúa en la actualidad y su mecanismo focal y la distribución de réplicas sugieren la actividad de una falla desconocida.
Esta actividad sísmica parece estar en continuidad con los terremotos de Alhucemas de 1994 y 2004 y asociada a la prolongación de una zona de falla en la cordillera rifeña.
EFE