Después de los jóvenes, las víctimas de ETA y la unidad de España, Venezuela se ha convertido en el nuevo objetivo de competencia ideológica entre el PP y Ciudadanos. De hecho, el caos venezolano ha entrado de lleno en la precampaña electoral española. Y lo ha hecho, principalmente, de la mano de estos dos partidos. El pasado domingo, los 'populares' participaron en una marcha celebrada en Madrid para recaudar fondos y medicamentos para el pueblo venezolano. Y este lunes, Ciudadanos ha subido la apuesta: su líder, Albert Rivera, ha emprendido un viaje a Venezuela para defender el referéndum revocatorio y apartar del poder a Maduro.
Los ‘populares’ no han tardado ni una hora en sacar pecho y recordar que ellos fueron los primeros en defender esta causa. La vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, ha recordado que el respaldo de su partido a presos como Leopoldo López “no es nuevo”. “El PP se ha caracterizado siempre por apoyar a los que están peleando por la democracia, la libertad y los derechos humanos en Venezuela”, ha insistido Levy. Y no miente. El PP incluso ha aprovechado su posición en el Gobierno para conceder la nacionalidad española a familiares del preso venezolano y del presidente del diario ‘El Nacional’.
Pero lo cierto es que el viaje de Rivera a Venezuela ha eclipsado toda esta estrategia electoral ‘popular’. Levy se ha esforzado este lunes en recordar las 14 visitas del PP en los últimos años y las 52 iniciativas presentadas en sede parlamentaria. “El PP siempre ha estado al lado de la Mesa de la Unidad de Venezuela”, ha insistido en varias ocasiones la vicesecretaria ‘popular’. Pero de poco servirá. El que esta noche estará en Caracas defendiendo a los presos políticos será Albert Rivera.
Hace semanas que el PP reclama el “voto útil” del próximo 26 de junio para impedir que el “populismo bolivariano extremo” de Podemos gobierne en España. Los ‘populares’ llevan días esforzándose en recordar que el PSOE y Ciudadanos se sentaron a negociar con los de Pablo Iglesias. Su objetivo era meter a todos en el mismo saco y erigirse como la única opción política viable frente a Podemos. El PP había recurrido a su habitual estrategia del miedo. Pero de nuevo se ha truncado.
Este lunes, Levy ha podido arremeter contra el PSOE. Los ‘populares’ han afeado su ausencia de este domingo en la marcha para recaudar fondos y medicamentos para Venezuela. Levy ha tirado de argumentario oficial y ha hablado de los “paralelismos peligrosos” que se dan entre Podemos, Izquierda Unida y el Gobierno venezolano. Ha azuzado a Alberto Garzón por poner “cautelas” a la hora de defender la libertad del opositor venezolano Leopoldo López. Y ha pedido al líder del PSOE, Pedro Sánchez, que se retrate respecto a esta cuestión. Su compañero de partido, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, viajó a Caracas la semana pasada pero no para atacar al régimen de Maduro, sino con el objetivo de «mediar» entre las partes.
Levy, sin embargo, no ha podido extender sus críticas a Ciudadanos, cuyo líder se ha embarcado en un viaje sin importarle la precampaña y sin saber ni siquiera si le dejarán entrar en el país.
Ciudadanos ataca los principales graneros de votos de PP
El Partido Popular no está acostumbrado a la competencia ideológica. Durante años, los conservadores han atesorado el monopolio de la defensa de las víctimas de ETA, de la unidad de España y de los derechos humanos en países gobernados por la izquierda. Antes Cuba y ahora Venezuela. Pero la irrupción de Ciudadanos en la escena nacional, ha hecho tambalear la estrategia electoral del PP. Hasta hace un año, el PP no sólo aglutinaba todo el voto de la derecha española, sino que su discurso era único e inconfundible.
Pero esto cambió. Ciudadanos le ha arrebatado una buena parte de su discurso ideológico. Empezó haciéndolo en Cataluña: ya es la principal fuerza constitucionalista en el Parlamento catalán. Y es evidente que los ‘populares’ están evitando por todos los medios que ese mismo esquema se repita en la esfera nacional.
Ciudadanos ha puesto en peligro los principales graneros de voto 'popular'. Primero fueron los jóvenes: la edad, la estética y el look convirtieron a los líderes de la formación naranja en una opción atractiva para los jóvenes del PP que habían perdido la esperanza en un partido acosado por la corrupción y liderado por las mismas caras desde hace más de una década. Después llegó el turno de las víctimas de ETA. Nada más llegar al Congreso, Rivera se reunió con víctimas del terrorismo y les aseguró que su partido trabajaría para conseguir que se atiendan sus necesidades y reclamaciones.
Y ahora es el turno del caos de Venezuela. Las razones políticas son evidentes. Pero en el caso del PP, también existen razones ideológicas. Hubo un tiempo en que lo que a los conservadores españoles les preocupaba la falta de medicamentos en Cuba. Hoy, todos sus esfuerzos se concentran en Venezuela. Para el PP, ambos países adolecen del «mismo mal»: están sometidos a regímenes «totalitarios» de izquierdas que, a su juicio, están impidiendo el desarrollo de la región latinoamericana. La verdadera razón: tanto el PP como Ciudadanos ven en esta estrategia una oportunidad de rentabilizar en las urnas el drama de los venezolanos.
Elsa S. Vejo