El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, se pregunta si «es homófobo defender la familia» cristiana como hizo en su homilía del pasado día 18, cuando alertó de la actitud contra ella por parte de «fuerzas políticas», del «imperio gay» y de ideologías de «feminismo radical» y de género.
El Arzobispado ha decidido subir a su web el texto íntegro de la homilía «En defensa y apoyo de la familia» que Cañizares pronunció en la capilla de la Sede de Santa Úrsula, de la Universidad Católica de Valencia, en la clausura del Curso del Instituto Juan Pablo II, de estudios sobre la familia, y de la cual informó posteriormente la agencia de noticias del arzobispado.
Junto al texto de la homilía se incluye una nota del cardenal en la que pide públicamente a «juristas cualificados y objetivos, sin prejuicios de ningún tipo e imparciales», que juzguen si en su alocución de la semana pasada «se contiene algo que va contra la ley y que provoque odio contra personas o grupos sociales determinados, o que se pueda considerar homófobo tanto el texto como su autor».
En su nota, el arzobispo asegura que «la censura y la condena» que ha sufrido «en algunos medios, por algunos grupos y por algunos políticos, hacen pensar en etapas superadas de nuestra historia pasada, pero aún reciente, en que se censuraban y condenaban algunas homilías y a algunos predicadores».
Cañizares concluye su escrito con una pregunta: «¿Es homófobo defender la familia?»
Según puede leerse ahora en su web, dijo: «La familia se ve acechada hoy, en nuestra cultura, por un sin fin de graves dificultades, al tiempo que sufre ataques de gran calado, que a nadie se nos oculta. Ahí tenemos legislaciones contrarias a la familia, la acción de fuerzas políticas y sociales, a la que se suman movimientos y acciones del imperio gay, de ideologías como el feminismo radical o la más insidiosa de todas, la ideología de género«.
También afirmó: «La promoción y defensa de la familia, basada en el matrimonio único e indisoluble, es la base de una nueva cultura del amor. Es el centro de la nueva civilización del amor. Lo que es contrario a la civilización del amor, y por tanto a la familia, es contrario a toda la verdad sobre el hombre y al mismo hombre, constituye una amenaza para él».
Tras hacerse públicas las palabras del arzobispo, instituciones públicas, colectivos sociales y organizaciones sindicales reprobaron sus declaraciones e incluso anunciaron la presentación de denuncias al considerar que incitaban al odio y eran homófobas.
Hoy, el president de la Generalitat, Ximo Puig, ha dicho en Les Corts que esas palabras son «impropias de quien ostenta tan alta responsabilidad» y ha añadido: «Yo me siento más representado con el papa Francisco, que al ser preguntado por la homosexualidad respondió: ¿Quién soy yo para juzgar?»
EFE