El día del final de la Champions cuatro hombres armados entraron en una peña madridista en la ciudad iraquí de Baaukouba, a unos 60 kilómetros de Bagdad, y acabaron con la vida de 12 jóvenes. Dos semanas antes, otro grupo de terroristas atacó otra peña madridista en una ciudad cercana. Murieron otras 16 personas. Los ataques impactaron al madridismo y a todo el mundo del deporte, que condenaron las muertes de los aficionados al Real Madrid.
Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante y Coordinador de Oriente Medio y Magreb del OPEX de la Fundación Alternativas, ha analizado los atentados en ‘La primera estrella’, el matinal de Libertad FM por Joaquín Vidal.
– ¿Qué ha pasado ahora para que se produzcan estos ataques con un objetivo tan marcado?
Estos ataques demuestran que nadie está exento de la violencia del DAESH. Está disparando hacia distintos objetivos, especialmente hacia los musulmanes chiíes, que son su principal objetivo, que quieren prácticamente eliminarlos. Pero también contra las minorías, como yazidíes o kurdos, y ahora les toca a peñas madridistas, entre otras cosas porque estos grupos consideran que es una innovación, que el fútbol no pertenece al islam y que desvía a los musulmanes de la vía correcta que es dedicarse única y exclusivamente a los asuntos religiosos. Esta sería la explicación más próxima para intentar comprender el porqué el DAESH está atacando a estas peñas.
– Un clérigo saudí emitió una fatua contra el Real Madrid, en la que decía que “quien apoya a los rawafed (chiíes) no es de nosotros y no hay que seguir sus partidos ni apoyarle”. ¿Qué importancia tienen estas fatuas para un grupo radical como el DAESH?
Parece que en muchas cosas, Arabia Saudí señala y el DAESH ejecuta. Varios ulemas saudíes, han prohibido expresamente que los musulmanes vean el fútbol y que animen a los grupos. Sobre todo porque, en muchos casos, son grupos no musulmanes: son equipos integrados por occidentales y es una práctica que no es islámica.
Son muchos los casos en los que la justificación que tienen para perpetrar estos atentados es precisamente la que le dan estos ulemas del rito wahabí que está vigente en Arabia Saudí y como DAESH y Arabia Saudí comparten ese mismo credo unos señalan y otros ejecutan. En el mejor de los casos el enemigo no es el fútbol sino la modernidad.
– Estos atentados conmovieron al madridismo, de hecho el club ha emitido sus condolencias al país por la muerte de estos seguidores del Real Madrid. ¿Crees que este impacto institucional y mediático animará al grupo a cometer más atentados como estos?
Lo que busca el DAESH con estos atentados es tener un altavoz. Recordemos que desde los pasados atentados en Francia y Bélgica se sabe que el DAESH tiene entre sus planes atentar contra un gran estadio de fútbol porque esto también tiene una gran atención mediática. De hecho, estos días, el departamento de Estado de Estados Unidos avisaba a sus ciudadanos de riesgo inminente de atentado probablemente ligado a la celebración de la Eurocopa que se celebrará en Francia.
No es ningún secreto que el DAESH busca una gran proyección mediática en sus atentados y precisamente atentar contra un gran estadio europeo mientras se celebra un gran partido. Así conseguiría un gran impacto mediático y mandaría el mensaje de que el DAESH sigue vivo, porque sobre el terreno está experimentando derrota tras derrota. El otro día comenzó la batalla por Faluya, una ciudad estratégicamente situada, y bueno estos atentados podrían recrudecerse e intensificar a medida que van perdiendo más territorio porque estos yihadistas regresarán a sus países de origen, también europeos, y atentar para llevar el mensaje de que el DAESH sigue vivo.
– Elegir estos objetivos no deja de ser una forma más de hacer propaganda, ¿no?
Con estos atentados lo que buscan es sobre todo dos cosas: provocar el pánico y el terror entre los ciudadanos europeos y provocar un ‘efecto rechazo’ contra las poblaciones musulmanas, según dice el propio DAESH, que no deberían vivir entre infieles, entre cristianos y que debían volver sus países de origen.
Además, de este modo también alientan a otros europeos a que se unan a sus filas justo cuando tiene una gran debilidad fruto de esos ataques de la coalición internacional. Tienen que suplir a los combatientes que están cayendo en Siria e Irak. Se dice que los ataques de la coalición internacional han acabado con entre 10.000 y 12.000 militantes en sus filas. Un golpe muy duro, que necesita buscar recambios.
– ¿Y por qué el Real Madrid y no cualquier otro equipo, como el F.C. Barcelona? ¿Tiene que ver con que en su escudo lleve una cruz o la imagen regia del club?
No son ataques contra el Real Madrid, son contra una forma de entender el mundo. El deporte cada vez cuenta con más seguidores en el mundo árabe y que de alguna forma aparta a los jóvenes de la religión y del ‘camino correcto’. Hoy ha sido el Real Madrid, pero podía haber sido el Barcelona. Dos equipos que, recordemos, están financiados por compañías de dos países del Golfo, alguno de ellos, curiosamente, acusado de financiar al grupo terrorista. Pero nadie se salva. Es una violencia ciega y no hay que buscar una explicación lógica porque no la tiene.
– En España se celebran muchos acontecimientos deportivos. ¿Está España en el punto de mira de un atentado? Además, también han salido combatientes extranjeros hacia allá.
Es un asunto delicado. Todos los países de la coalición anti DAESH – y España es uno de ellos- están en el punto de mira. España quizás tiene menor implicación ya que ha enviado menos combatientes que otros países, unos 130-140 yihadistas (una décima parte de los que ha enviado desde Francia). En este sentido, el riesgo puede ser menor, pero no se puede descartar el riesgo en ningñun momento.
España tiene una ventaja añadida y es que lleva combatiendo el terrorismo islamista unos años más que otros países europeos. Tiene mayor experiencia, mayor formación y una colaboración muy intensa con los servicios de inteligencia marroquíes que ha permitido detener a varios comandos y evitar atentados en los últimos años. Pero ningún país europeo está eximido.
Los ataques a las peñas madridistas no dejan de ser un ataque a un símbolo occidental, europeo, pero en suelo árabe. ¿Se puede establecer una comparación entre esos ataques y los que se han perpetrado en Europa?
Esa es la violencia de cada día en Irak y Siria que, aunque nos hayamos acostumbrado, siguen estando ahí. Quizá estos atentados nos recuerden que esto sigue pasando y la responsabilidad europea de acabar con este grupo y también resolver los problemas que tiene la región, una involucración más activa, porque quizá ese grupo no habría nacido si hubiera existido una intervención directa de los países occidentales y se hubiera cortado de raíz el problema.
Paula Pérez Cava