El Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha apartado hoy de su cargo al director de la escolanía de la parroquia del barrio de la Sagrada Familia tras conocer que un exalumno le ha denunciado por unos presuntos abusos sexuales cometidos entre 1972 y 1974, por lo que el delito ha prescrito.
Juan José Omella, que ha participado hoy en el Foro Barcelona Tribuna, ha explicado a los periodistas que él aboga por la «tolerancia cero» con los abusos y ha asegurado que el acusado, que no es sacerdote ni religioso, sino un profesor de música laico, ha sido apartado de su responsabilidad de acompañar a la escolanía, de forma preventiva.
Los Mossos d'Esquadra han confirmado que investigan una nueva denuncia por presuntos abusos sexuales cometidos por un profesor, que, según la víctima, actualmente es el director de la Escolanía de la parroquia de la Sagrada Familia (que no depende de la basílica de la Sagrada Familia), y que fueron cometidos en la década de los años 70.
«No es un sacerdote, por lo que no entra dentro de la jurisdicción de la Iglesia, sino que pasa directamente a la jurisdicción civil», ha asegurado Omella, que ha añadido que los responsables de la archidiócesis esperarán a la resolución judicial antes de actuar.
Según han confirmado fuentes de los Mossos d'Esquadra, la denuncia la presentó un hombre el pasado día 26 de mayo, cuando acudió a la policía autonómica para relatar que había sufrido abusos sexuales por parte de su profesor de música entre los años 1972 y 1974 mientras era alumno de la escuela Cor de Maria de Sabadell.
En declaraciones a la emisora RAC1, la víctima de los abusos, que tenía 14 años cuando sucedieron los hechos, ha relatado hoy que el profesor le llevaba a casa en su coche y que durante el trayecto le cogía la mano y le daba besos en la mejilla, hasta que un día se lo sentó en la falda y le tocó los genitales.
Durante la conferencia que ha pronunciado hoy el prelado, Omella ha afirmado que los casos de abusos a menores «hacen mucho daño a los creyentes y a los miembros de la jerarquía de la Iglesia».
«Somos conscientes del sufrimiento de la gente abusada y de sus familias, queremos estar cerca de esta gente», ha agregado.
El Arzobispo ha abogado también por alejar a los acusados por este tipo de delitos hasta que sean juzgados y se determine su inocencia, y además ha afirmado que la Iglesia tiene el deber de «acompañar» a quienes han sufrido abusos, así como a sus familias.
Asimismo, el prelado ha indicado que «una cosa es el pecado moral y otra, la pena civil», y ha señalado que mientras la ley contemple la prescripción de los delitos de abusos no hay que descartar que la gente se haya «corregido» con el tiempo.
EFE