El terrorismo yihadista es la principal amenaza para la seguridad de España. Por eso, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha rediseñado su estrategia y la ha reenfocado para combatir a los terroristas islasmistas dentro y fuera de nuestras fronteras. Así lo ha explicado el director del CNI, el general Félix Sanz Roldán, en el Seminario Internacional de Seguridad y Defensa sobre la amenaza del yihadismo organizada por la Asociación de Periodistas Europeos que se celebra en Toledo.
Sanz Roldán ha explicado que el CNI ha reclutado a 500 nuevos agentes para combatir el terrorismo yihadista, aunque tienen un perfil que se suele identificar poco con los espías: “Sólo hemos reclutado a matemáticos, ‘telecos’ e informáticos”, ha explicado el general. El riesgo a la seguridad cibernética y el movimiento de estos grupos en internet y redes sociales ha hecho que se refuerce esta faceta.
Esta ampliación de la plantilla de agentes del CNI responde a la aprobación en septiembre de 2015 de un “nuevo concepto estratégico del CNI” en el que se establece que “el primer riesgo en nuestra seguridad es la lucha contra el yihadismo radical” contra el que la Inteligencia española lucha con “un crecimiento en número de personas, en presupuestos y en redespliegue del CNI”, ha explicado Sanz Roldán.
Por eso, el CNI ha reorganizado su estructura y la gran división de terrorismo nacional de la Inteligencia española ha pasado a un lugar mucho más pequeño, porque «desaparece el índice de riesgos el terrorismo de ETA», y se potencia enormemente la división de terrorismo internacional.
“Vigilancia integral del ciclo yihadista”
Los espías españoles vigilan este fenómeno “de una forma integral”, también en los países donde estos grupos tienen su principal actividad. “Hay que hacer una aproximación compleja a este problema, lo que nos ha obligado a hacer un gran despliegue exterior”, también “en los caminos que van a la yihad tenemos agentes”, ha explicado Sanz Roldán.
Sin embargo, los espías españoles se centran en todas las fases de lo que denominan “el ciclo yihadista”, que comienza con el reclutamiento, continúa cuando los reclutados se mueven a los lugares donde tienen que hacer la yihad –establecidos previamente- y, “desde luego, hay que ver su retorno”, ha insistido Sanz Roldán, tras haber hecho especial hincapié en el peligro que suponen estos “combatientes retornados”.
De ahí la importancia de contar con agentes “formados” también en “el entendimiento del islam para poder interpretarlo” y en las lenguas que suelen utilizar estos terroristas. El director del CNI ha asegurado que el centro cuenta con agentes especialistas en 10 dialectos del árabe y uno del tuareg.
“Estamos ganando nosotros”
El jefe del espionaje español ha asegurado que la coordinación entre los distintos servicios de inteligencia es fundamental. “Nosotros solos no podemos. Necesitaríamos ser 50 veces superiores para poder cubrir todos los caminos a la yihad. Por eso, necesitamos amigos”, que, según el general Sanz, tenemos gracias a que España también tiene mucho que ofrecer a nivel de Inteligencia. Además, ha descartado que existan problemas de coordinación entre los distintos servicios de Inteligencia, tan criticados tras los ataques de París y Bruselas. “Los servicios secretos están trabajando muy bien en paralelo. No es verdad que no nos entendamos, en absoluto. Nos reunimos en foros, tenemos herramientas para intercambios…”, ha zanjado el director del CNI.
De hecho, todos los esfuerzos de los últimos meses, que se han intensificado tras los atentados de París, han dado frutos. El director del CNI cree que “estamos ganando nosotros” por distintos motivos, como “los avances de la coalición contra el DAESH, porque conocemos su ‘modus operandi’ y por la eficacia de los que se dedican a esto”. De hecho, considera que, aunque “con mucho tiempo, conseguiremos que esta lacra esté controlada como lo hicimos con ETA”.
Paula Pérez Cava