domingo, septiembre 22, 2024
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Michelle Obama y la reina Letizia, unidas por la eduación de las niñas

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La primera dama de EEUU, Michelle Obama, ha pedido este jueves a los países desarrollados que inicien un cambio cultural que derribe las «distintas varas de medir» que se aplican a mujeres y hombres, ya que la verdadera igualdad no solo se consigue con leyes, sino también cambiando «las mentes y los corazones».

Michelle Obama ha ofrecido en Madrid un emotivo discurso ante 600 universitarias y estudiantes de colegios públicos españoles, a quienes ha conminado a que sumaran sus esfuerzos a esta necesaria transformación: «Sé que tenéis mucho que ofrecer al mundo, me muero de ganas por ver vuestro éxito».

La primera dama de Estados Unidos, que visita España por segunda vez, ha estado acompañada en este acto por la reina Letizia, el embajador de Estados Unidos en España, James Costos; la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena y la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa.

Michelle Obama llegó este miércoles a Madrid acompañada por sus hijas, Malia y Sasha y de su madre, Marian Robinson, en una visita enmarcada dentro del programa 'Let Girls Learn' (Dejan que las niñas aprendan!), tras pasar por Liberia y Marruecos.

Allí ha mantenido encuentros con niñas y adolescentes que se enfrentan cada día a peligros para estudiar, desde largas caminatas para llegar a la escuela hasta acoso sexual, o que, cuando cumplen determinada edad, se ven obligadas a dejar de estudiar para casarse, y aún así, resaltó la primera dama, tratan de seguir estudiando porque «quieren un futuro mejor».

«Esta realidad sería insostenible para la mayoría de nosotros«, ha asegurado Obama, quien ha pedido a las congregadas que sumen su voz al esfuerzo de estas jóvenes y no se resignen a sentir «lástima» por ellas, porque su futuro no es solo responsabilidad de sus gobiernos, sino de la comunidad global.

La dura situación de esas niñas y adolescentes no se debe solo a «la falta de recursos», también tiene que ver con prejuicios, y creencias culturales, que las considera «ciudadanos de segunda clase» y las valora más por su cuerpo, su capacidad reproductora o de trabajo, que como un ser humano.

Michelle Obama ha pedido a las congregadas en una calurosa nave del centro cultural Matadero, que incorporen este «desafío» a su vida y combatan la desigualdad desde su sociedad.

«Cuando eduquéis a vuestros niños, decirle al hijo que puede llorar si así lo quiere, y si es una niña, que no pasa nada por ser autoritaria; anímala a que estudie matemáticas o a que juegue al fútbol», ha alentado.

Obama ha compartido con las jóvenes su propia experiencia, la de una niña nacida en una familia negra humilde en Estados Unidos, que la obligó a «dejarse la piel» para graduarse, y que, cuando lo consiguió, lo primero que le preguntaron es cuándo iba a formar una familia.

«El mensaje cultural que recibía era que los hombres y los mujeres están medidos por varas diferentes», ha denunciado Michelle Obama, quien reconoce que muchas cosas han mejorado, pero todavía queda trabajo por hacer.

«Cuando un hombre llega del trabajo y cambia un pañal, es un héroe. Cuando las mujeres lo hacen -ha añadido-, nadie lo nota, porque es lo que se supone que debe hacer como madre».

Esa desigualdad afecta tanto a hombres como a mujeres, porque un padre «quiere pasar tanto tiempo con sus hijos como una madre», y desea también que sus hijas tengan las mismas oportunidades que cualquier persona.
 

EFE

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