Tras la euforia ya llegó la incertidumbre al número 13 de la calle Génova. Hoy ya nada parece tan fácil como aparentaba el pasado 26 de junio cuando las urnas arrojaron unos resultados que ni en los mejores sueños del Partido Popular aparecieron. Pero al igual que ocurrió el pasado 20 de diciembre, hoy sus opciones de gobernar vuelven a pasar por el PSOE. En esta ocasión, los 85 escaños socialistas no brindan a Sánchez ninguna posibilidad de formar gobierno, pero en el PP ya empiezan a ser conscientes de que sus opciones de formar el Ejecutivo, cada minuto que pasa, se antojan más complicadas.
Lo único positivo de la situación actual del PP, respecto a la del pasado 20D, es que en esta ocasión no hay ninguna otra alternativa de gobierno viable. Rajoy es el único candidato con opciones reales de ser el nuevo presidente del Gobierno, pero la aritmética vuelve a ser endiablada para formar gobierno, y la situación interna de las formaciones que necesitaría el Partido Popular, más aún. Las tres opciones que hay sobre la mesa pasan por el PSOE, aunque no es menos cierto, que unas le comprometen más que otras.
Hay un temor generalizado en este momento entre los socialistas: permitir un gobierno del PP podría comprometer su posición como principal líder de la oposición y allanar el camino a Podemos. Aunque este no es el único fantasma que hoy atemoriza al PSOE: una tercera convocatoria electoral. Y aquí es donde algunos ‘barones’, como el extremeño Guillermo Fernández Vara, o candidatos del peso de Josep Borrell ya hablan de una “abstención mínima” para desbloquear la situación.
Es decir, entre el apoyo total o la abstención al PP, hay un camino intermedio que pasaría por negociar con el diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, coaligado al PSOE en las últimas elecciones, su abstención en la investidura de Rajoy. Aunque esa opción hoy ya tampoco parece fácil. Y no sólo porque Quevedo ha dicho varias cosas opuestas en cuestión de horas, sino porque para que esto sea suficiente, el PP deberá conseguir el apoyo de Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria.
Los nacionalistas canarios serán los primeros en pasar por La Moncloa. El responsable de Coalición Canaria en Tenerife y presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, y el secretario general de CC, José Miguel Barragán, serán los encargados de acudir al encuentro de este martes. Ésta es la única conversación de Rajoy que ha trascendido a la opinión pública. Y todo parece indicar que la menos complicada. Los nacionalistas vascos, con los que los ‘populares’ presumen de tener una “muy buena relación” ya han impuesto su primera condición a Rajoy: la cesión de las cárceles vascas. Pero el gran escollo estará en Ciudadanos, que no sólo tiene problemas con la candidatura Rajoy, sino también con los privilegios económicos y fiscales de los vascos.
La otra opción ya sería un “acuerdo de mínimos”, tal y como ha recordado el propio Mariano Rajoy. Parece que la posibilidad de la ‘gran coalición’ se esfuma. Y por ello, este lunes, Rajoy ha aprovechado una visita el centro de producción de cerveza Mahou-San Miguel de Alovera (Guadalajara) para proponer “un acuerdo al menos de mínimos para el funcionamiento normal de ese Gobierno en el Parlamento», que en principio pasaría por los Presupuestos Generales del Estado, el techo de gasto y el cumplimiento del déficit impuesto por Bruselas.
Pero en absoluto convence al Partido Popular. “Es una opción nada deseable”, advierten fuentes de la cúpula ‘popular’, convencidas de que ese acuerno no garantizaría una legislatura más larga de un año. “No es que los presupuestos y el techo de gasto sean prioritarios, es que es lo urgente, pero a partir de ahí sería muy complicado sacar adelante nada más”, avisan desde el PP.
El «hermetismo» de Rajoy
Y por ello, hoy han sido todo palabras bonitas en la sede del PP, tanto para Ciudadanos, como para el PNV, incluso para el PSOE. El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, ha puesto de manifiesto en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección presidido por Rajoy que las presiones no estaban teniendo resultados. El PP hoy apuesta por dar tiempo a los socialistas, que celebren este sábado su Comité Federal, y tomen una decisión. Aunque ha aprovechado para apelar a “la responsabilidad que este partido ha tenido en circunstancias muy importantes en la historia reciente de nuestro país».
El gran consuelo a esta hora en el cuartel general de los ‘populares’ es que creen que nadie está dispuesto a asumir el desgaste electoral que podría suponer una tercera convocatoria. Ven todavía como algo “normal” que el PSOE y Ciudadanos “jueguen” a ver quién es el que facilita la investidura de Rajoy. E insisten en que hasta el próximo 19 de julio, que es cuando se constituyen las Cortes, hay tiempo para llegar a un acuerdo. De hecho, Casado ha advertido de que los contactos importantes no se producirán hasta que el rey nombre candidato a la Presidencia.
Rajoy está llevando estos primeros contactos con una discreción total. El PP no quiere hablar de “hermetismo”, pero apenas llega a ‘Génova’ información de estas primeras conversaciones. Eso sí, los ‘populares’ todavía ven tiempo “suficiente” para que los contactos fructifiquen. E importantes cromos aún por intercambiar. La formación de la Mesa del Congreso (donde Ciudadanos podría quedarse fuera) será clave en esta negociación.
Elsa S. Vejo