La iniciativa «Stop radicalismos», puesta en marcha en diciembre de 2015, con la que de forma anónima los ciudadanos pueden alertar de casos de radicalización, ha motivado la apertura de 36 investigaciones policiales sobre terrorismo yihadista.
Un dato que ha ofrecido el jefe de área de estrategia del Centro de Inteligencia contra el terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), José Luis Serrano, durante su intervención en la última jornada del curso de verano de la Universidad Complutense «Terrorismo Internacional: análisis de la radicalización y estrategias para la prevención», organizado por el Centro Memorial de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.
Serrano ha destacado los buenos resultados del proyecto «Stop radicalismos», en el que juega un papel fundamental el CITCO, pues una sala dependiente de este organismo y abierta las 24 horas recibe todas las informaciones de los ciudadanos que alertan de signos de radicalización -sea del tipo que sea, desde político a religioso- de alguien de su entorno.
Así, desde diciembre del pasado año, a través de un correo electrónico, un número de teléfono o una aplicación en el móvil, se recibieron 2.100 avisos, de los que un 60 por ciento, ha subrayado Serrano, «fueron útiles».
Comunicaciones que fueron provechosas para detectar problemas locales que pueden resolverse fácilmente y también para las fuerzas de seguridad, pues estas alertas han permitido abrir en este tiempo 19 investigaciones de terrorismo internacional a la Guardia Civil y 17 en la Policía Nacional.
El responsable del CITCO ha explicado que este programa se enmarca dentro de las actuaciones del plan específico contra la radicalización aprobado en enero de 2015, con el objetivo de prevenir con medidas colectivas o individuales posibles casos de extremismo y en el que están implicados determinados ayuntamientos.
De momento, ha dicho, la experiencia «piloto» está en marcha en el consistorio de Málaga, pero ya hay otros diez ayuntamientos seleccionados donde se implantará «próximamente».
Junto con Serrano, la jornada de clausura ha estado protagonizada por un representante policial de la embajada francesa, que ha detallado las cifras de franceses, o ciudadanos con nacionalidad gala o residencia, vinculados al yihadismo.
De las 1.954 personas «fichadas» en Francia, más de 670 están en Siria o Irak, 183 han muerto allí (once en atentados suicidas), 259 han vuelto a Francia, otras 195 están en otro país, bien para enrolarse en las filas de Daésh o bien para regresar a territorio galo. Además, más de 800 personas están dispuestas a viajar y convertirse en «combatientes extranjeros».
Sobre los más de 600 ciudadanos franceses o con su nacionalidad que están en zonas de conflicto, el representante galo ha revelado que hay más de 250 mujeres y más de 100 son menores, de los que algunos se han integrado para combatir y otros muchos han nacido ya allí.