Trece días después del ‘sorpasso Mariano’ los dos grandes partidos de izquierdas de España se han reunido para reflexionar sobre el 26J y sobre el futuro. El PSOE lo ha hecho en su Comité Federal realizado en Madrid, mientras que Podemos a través del denominado Consejo Ciudadano. Se trata de dos reuniones de liturgia muy parecida pero con diferente nombre, al igual que ocurre con otras muchas propuestas de ambas formaciones.
En el trasfondo de ambas, poca o muy poca reflexión de porqué se produjo ese acontecimiento con nombre de milagro bíblico. En el PSOE respiran y casi se congratulan de mantenerse como la segunda fuerza política, pese a obtener los peores resultados de su historia en el 20D y empeorarlos seis meses después. «Nos hemos salvado por la campana” ha llegado a decir la presidenta del PSOE de Andalucía, Susana Díaz. En Podemos, Pablo Iglesias ha decidido que no se debe dar más importancia a los resultados y hay que centrarse en el futuro.
El resumen rápido de las dos reuniones es: Mucho discurso, muchas ideas, poca autocrítica (más en el PSOE) y el refuerzo sobre unas ideas claves y otras que quedan en el aire por un tiempo. En política, más que en la vida, el futuro es un misterio casi inescrutable pero tanto el Comité Federal como el Consejo Ciudadano han enfocado a una serie de elementos que parecen determinarán el futuro de ambas formaciones a medio y largo plazo.
El PSOE entre la espada y la pared
Una de las ideas fuerza antes y durante el Comité ha sido que no habrá terceras elecciones. Díaz ha señalado que sería una «catástrofe» que hubiera terceras elecciones. El propio Sánchez señalo en mayo que no habría terceras elecciones. También el presidente del PSOE de Aragón, Javier Lambán, o el valenciano Ximo Puig han descartado nuevos comicios.
El problema para asegurar categóricamente esta premisa es que salvo milagro el PSOE va a tener que ir en contra de todo lo dicho hasta ahora. Es improbable que sin algún apoyo socialista o la abstención de alguno de sus miembros, Mariano Rajoy pueda ser investido presidente. Por lo tanto, una de las tres hipótesis que niega el PSOE debería cumplirse: O relajar el ‘no’ rotundo del PSOE por un ‘negociemos’. Intentar conseguir una mayoría ajena al PP con Podemos, algo que han prohibido los pesos pesados socialistas. O ir a unas nuevas elecciones. En los tres casos, se imcumple una promesa socialista y además en la última de ellas vendría con un nuevo recuento electoral de infarto para los socialistas.
La propuesta que sí parece con visos de cumplirse es la de la reconstrucción del partido en el medio plazo. El secretario general, Pedro Sánchez, se ha referido a ello, aunque con menos intensidad que otros barones, sabiendo quizás que ese paso empieza primero con su salida.
Uno de los barones más claros en hablar del tema ha sido el líder del partido en Aragón, Javier Lambán. El presidente del PSOE aragonés ha señalado que la formación debe “preocuparse exclusivamente de reconstruirse como partido”. Lambán ha ido más allá y ha señalado el punto de inflexión: Un congreso después de la formación de Gobierno. En el mismo sentido de “reconstrucción” se ha expresado Susana Díaz o el castellanomanchego Emiliano García-Page.
Iglesias por muchos años
Pablo Iglesias ha llamado a la dirección a no buscar una explicación de los resultados del 26J que pueda ser leída en clave de “facciones y corrientes” y ha pedido centrarse en el futuro. Lo que significa que lo pasado, pasado está y que él va a continuar al mando. El Consejo Ciudadano llevado a cabo por el partido morado no ha servido para conocer en que se falló el 26J y tampoco para pedir una renovación en la cúpula del partido.
Pero, ¿Qué ocurrió para que el partido perdiera más de un millón de votos? Para Iglesias está pregunta ya no tiene interés. El profesor de política ha emplazado a la dirección a “no detenerse en el diagnóstico sobre lo que ha podido ocurrir porque es imposible saber científicamente lo que ha pasado”. Iglesias ha cerrado este punto de su discurso sobre la situación del 26J con un “al final lo importante no es quien tiene la razón en el diagnóstico”.
Iglesias si se ha congratulado por el resultado de 71 escaños obtenidos. Una honrosa cifra para Podemos pese a que han sufrido: “una guerra sin cuartel”, “ataques inéditos”, “la campaña del miedo”, su papel de ‘poli malo’ en las negociaciones con el PSOE e incluso de haber pecado de “lúcidos y parecer que lo hiciéramos todo bien”. Autocrítica no, sacar pecho sí.
Por último, Iglesias cree que es necesario “desarrollar un programa creíble de posiciones socialdemócratas”, lo que significa que el actual era ‘poco creíble’. Aunque quizás sea normal, ya que la cúpula de Podemos ha tenido como referentes a grandes actores de la extrema izquierda, sin ir más lejos el propio Iglesias se ha mostrado “comunista” o “marxista”. Íñigo Errejón ha reconocido ser admirador del ideólogo marxista Ernesto Laclau. Incluso tras las elecciones Iglesias se despidió de su público con la famosa frase: “Hasta la victoria siempre”. Frase que hizo famosa el Ché Guevara y que después popularizaron Fidel Castro y Hugo Chávez. Personajes todos ellos, desde Laclau a Chávez poco cercanos a la socialdemocracia que quiere consolidar Iglesias en Podemos.
Pedro Ruiz