El hasta ahora coordinador de régimen interno de CDC, Francesc Sánchez, ha hecho hoy autocrítica por la fracasada elección ayer del nombre del nuevo partido, aunque se ha mostrado confiado en que mañana será posible aprobarlo.
En la segunda jornada del congreso fundacional del nuevo partido impulsado por Convergència, Sánchez ha reconocido que la cúpula se «equivocó» con «el método» que se utilizó para elegir entre dos nombres, «Més Catalunya» o «Catalans Convergents», cocinados en secreto por un reducidísimo núcleo de dirigentes, una votación que tuvo que ser pospuesta ante el alud de críticas de los congresistas.
En la dirección, «todos hemos hecho autocrítica», Artur Mas «el primero», ha destacado Sánchez, que ha considerado «muy lógico lo que pasó ayer», cuando las bases se rebelaron contra las propuestas planteadas.
Ante la falta de consenso, se decidió crear una tercera comisión de trabajo, para discutir el nuevo nombre, comisión que hoy lleva un buen «ritmo de trabajo», que le permite pensar que «este partido mañana tendrá nombre», que podrá votar el plenario en la última jornada del congreso convergente.
En el cónclave, según ha explicado Sánchez, están participando esta mañana 2.609 personas: 801 en la comisión para discutir el documento ideológico fundacional, 1.514 en la que debate la estructura organizativa del nuevo partido y 294 en la del nombre.
En esta última, se han votado ya más de 300 nombres y sólo pasan a la siguiente fase los que tienen más del 60 % de los apoyos, ha explicado el miembro del comité organizador del congreso fundacional.
Sánchez no ha desvelado posibles nombres, aunque fuentes convergentes apuntan que los que están teniendo más apoyos y han superado la criba son Junts per Catalunya, Partit Demòcrata Català y Partit Nacionalista de Catalunya, mientras que hay otras propuestas con menos apoyo, como la presentada por Reagrupament: Catalunya Estat.
El coordinador del congreso ha quitado hierro al hecho que algunos de los nombres que se barajan puedan estar ya registrados y ha afirmado que, dado el caso, éstos se podrían comprar.
Sánchez no ha ofrecido datos del coste económico de los dos nombres descartados ayer por los militantes -Catalans Convergents y Més Catalunya-, pero ha aseverado que solo en uno de los dos casos se contrató una empresa externa y fue «muy barato».
En todo caso, «el método realizado no fue exitoso, a los que nos ha tocado organizarlo nos equivocamos, no era el método que nuestra gente quería», ha admitido.
Sánchez ha señalado que «toda» la dirección de la antigua CDC ha hecho «autocrítica, el señor Mas el primero, sólo faltaría», pero se ha mostrado «convencido» de que, pasado el tropiezo, mañana habrá un «nombre magnífico» para el nuevo partido.
El dirigente ha señalado que es «lógico» que unos militantes que «quieren mucho lo que va a nacer» hicieran lo de ayer y demandaran un nombre «bueno y con el máximo consenso posible».
En cuanto a la ponencia de bases organizativas, ha detallado que primero se abordará, esta tarde, la figura de la presidencia en formato de tándem, con una vicepresidencia, como la que propone el líder de la antigua CDC, Artur Mas.
Y en relación a la ponencia del texto fundacional, ha explicado que se están aceptando enmiendas para incorporar el concepto de «independencia», aunque ha remarcado que CDC ya fijó el objetivo de que Cataluña lograra un Estado en el anterior congreso de Reus.
Sánchez ha rechazado que se cree un nuevo partido y nuevas siglas por los casos de corrupción, porque si fuera por esto «el PP ya tendría que haber cambiado de nombre».