Pedro Sánchez no llama, y es posible que no conteste al teléfono. Espera a que la práctica de los hechos le devuelva la oportunidad perdida. Para eso evita pronunciamientos, ataques innecesarios, las ya tristemente famosas ruedas de prensa del pasado o los gestos que incomoden a los otros actores sobre el escenario. Si Rajoy falla, descolgará el teléfono: llamará. Sus adversarios internos prevén una jugada rápida en la que imponga un pacto con Unidos Podemos y con las fuerzas nacionalistas. Llamará a Iglesias o a Errejón. A Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y a Esquerra Republicana, al PNV y a Ana Oramas de Coalición Canaria. Y luego tratará de imponer a los barones socialistas su estrategia: la Moncloa a vista de Ferraz. “Esa es su estrategia, pero no lo está hablando con nadie en el partido. No está pactada con nadie”, aseguran fuentes internas que no ven con buenos ojos la actitud del líder del PSOE. La posición actual de los grupos nacionalistas, que han favorecido que la presidencia del Congreso sea para el PP, sumada a las tensiones entre PSOE con la formación liderada por Pablo Iglesias alejan esta posibilidad. Aun así, parece que Sánchez todavía espera el milagro.
A pesar de tener los números en contra y los últimos pasos en firme de Rajoy tras el pacto con Ciudadanos para lograr la presidencia del Congreso, Sánchez cuenta con la posibilidad de postularse como candidato a la presidencia del Gobierno. Fuentes socialistas confirman a este diario que el secretario general del PSOE espera que Rajoy fracase en la investidura el próximo mes de agosto para buscar apoyo en Unidos Podemos y los grupos nacionalistas. “Si Rajoy no lo consigue Sánchez se ve autorizado a buscar un acuerdo con la izquierda y con los nacionalistas”, dicen las mismas fuentes. El posible pacto de Ciudadanos con el PP liberará a Sánchez de su compromiso con Rivera y libre para buscar la alianza con podemos con la excusa de que el partido naranja se ha escorado a la derecha. Sin embargo, esta decisión provocaría un cisma no solo en el grupo parlamentario socialista si no también en el propio partido. “Supondría una fractura en el PSOE”, auguran las mismas fuentes. Sánchez está cada vez está más aislado. Según fuentes, ya no tiene sintonía en privado ni con su secretario de Organización, César Luena.
El camino que, según fuentes socialistas, pretende emprender Sánchez es peliagudo. La compleja opción de pactar una salida in extremis con Unidos Podemos y otras fuerzas nacionalistas supondría incumplir el mandato del último Comité Federal que decidió que el PSOE debía permanecer en la oposición. De hecho, las federaciones más fuertes, como por ejemplo la andaluza o la aragonesa, se oponen a que Sánchez lo intente. Las palabras de Susana Díaz fueron rotundas. “Tenemos que reconocer que en este país no puede haber terceras elecciones. Sería una catástrofe para España, para los ciudadanos y una irresponsabilidad de todas las políticas. Los debates que se han abierto con ese sueño de poder formar un Gobierno alternativo se nos puede volver en una pesadilla”, dijo la presidenta de la Junta de Andalucía durante la celebración del último Comité Federal.
Si Sánchez pretende postularse como candidato debería convocar un nuevo Comité Federal, con el partido completamente dividido, para conseguir el aval necesario que le permita presentar su propuesta. “El PSOE se fracturaría en dos”, dicen fuentes socialistas. Las mismas fuentes creen que esta postura es arriesgada, pero aseguran que el líder socialista incluso podría forzar una consulta a la militancia para lograr su objetivo. “Para forzar el brazo del Comité Federal llevaría a cabo una consulta a la militancia”, afirman. Sin embargo, la posición actual de los grupos nacionalistas que podría suponer un primer paso hacia la abstención a un Gobierno de Rajoy y las continuas tiranteces con el partido de Pablo Iglesias hacen que su estrategia pierda fuelle. “Puede esperar el milagro como hizo la otra vez. En la pasada legislatura Sánchez lo intentó hasta el último momento y esperó hasta el último minuto conseguir el apoyo de Podemos, sin éxito”, concluyen fuentes internas.
Marina García-Rico