Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. El líder del PP, Mariano Rajoy, ha cogido la vez (como en el mercado) para que nadie le vuelva a adelantar por la derecha, como ocurrió tras las elecciones del 20D, pero eso no quiere decir que finalmente se presente a la investidura. Este es el mensaje enrevesado que el también presidente del Gobierno en funciones ha comunicado tras su encuentro de una hora con Felipe VI en La Zarzuela. “He aceptado el encargo del rey”, ha espetado Rajoy, pero este encargo nada tiene que ver con lo entendido hasta la fecha. Por el momento, todo sigue en stand by. A la espera de una nueva ronda de negociación que no se sabe si será pública o privada.
De nuevo, Mariano Rajoy se niega a contentar al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Ya lo hizo tras las elecciones del 20 de diciembre cuando sorprendió a propios y extraños declinando la oferta del rey al entender que Sánchez e Iglesias ya tenían acordada una alternativa de gobierno. El timón lo tomó Pedro Sánchez. Pero no faltaron las críticas a Rajoy por su supuesta falta de responsabilidad. Esta vez, Rajoy subsana este error, se coloca al frente de las negociaciones pero en ningún momento asegura que vaya a dar el gusto a Sánchez de verle fracasar en una sesión de investidura.
Hoy, la oferta que hay sobre la mesa por parte de Rajoy es la de “intentar” conformar una mayoría suficiente para poner en marcha el país. Pero en ningún momento asegura que pasará por el Congreso independientemente de los acuerdos que obtenga tras las negociaciones. Rajoy ha insistido en que la mejor opción sería un gobierno de coalición, pero que no cierra la puerta a gobernar sólo con 137 diputados. Pero esto no quiere decir que vaya a la investidura con los únicos “síes” de sus diputados. Rajoy insiste en que para evitar elecciones y que él vuelva a ser el nuevo presidente del Gobierno necesita al menos la abstención de Ciudadanos y PSOE.
El líder del PP se asegura con esta estratagema que nadie más pueda dar un paso al frente. No parece que haya ninguna alternativa viable por el momento. Pero no es menos cierto que Sánchez no ha sido capaz de descartar este jueves, tras su encuentro con el Rey, su disposición a volverse a presentar en caso de que Rajoy fracase. Ante esta posibilidad, Rajoy ha aceptado el encargo de Felipe VI, pero ha incluido una nueva modalidad: abrir una ronda de negociación antes de decidir si se presentará a la investidura o no. “No adelantemos acontecimientos”, ha insistido en varias ocasiones Rajoy.
¿Qué dice la ley?
Una estrategia que pone a la ley entre las cuerdas. El mandato de la Constitución y del propio reglamento del Congreso de los Diputados es bien claro a este respecto. El artículo 99.2 de la CE dice que el candidato propuesto expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara. Y el artículo 170 del reglamento del Congreso dice que en cumplimiento de las previsiones establecidas en el artículo 99 de la Constitución, y una vez recibida en el Congreso la propuesta de candidato a la Presidencia del Gobierno, el Presidente de la Cámara convocará el Pleno.
Dice Rajoy que hoy las condiciones son diferentes a las anteriores, para justificar su decisión de aceptar el encargo del Rey pese a seguir sin tener cerrados los acuerdos necesarios. “Yo quiero gobernar y no he escuchado lo mismo a ninguna otra fuerza”, ha explicado Rajoy, en referencia a que parece que no hay ninguna otra alternativa sobre la mesa. De hecho, en el PP aseguran que en esta ocasión parece que hay más opciones de que el resto de formaciones puedan cambiar su posición incial. No obstante, probablemente la principal diferencia respecto al 20D, y muy importante, es que en esta ocasión la Presidencia del Congreso está en su poder.
Ahora, una vez pasado el trámite del Rey, la decisión sólo depende del PP. La presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, y el candidato, Mariano Rajoy, establecerán el próximo calendario que aún no ha sido desvelado. La intención inicial de Rajoy era presentarse a la investidura la próxima semana. No obstante, ahora todo está en el aire. Rajoy ha insistido en que su intención es formar gobierno “lo antes posible porque España lo necesita”, pero no ha dado más pistas.
Los 'populares' fueron los primeros en poner el grito en el cielo cuando Pedro Sánchez y el anterior presidente del Congreso, Patxi López, acordaron un mes de plazo para la investidura. Numerosos portavoces del PP exigieron al PSOE que la investidura fuera al cabo de los días de recibir el encargo. Pero hoy esas exigencias han desaparecido. Como también los vetos a los nacionalistas. Ana Pastor es presidenta del Congreso gracias también a los apoyos de algunos diputados de la antigua CDC y del PNV. Y nadie duda de que estos «síes» no han sido gratuitos.
Aún así, el trabajo de Rajoy no parece sencillo, pese a su manifiesta voluntad de ceder. Las posturas tras estos tres intensos días de conversaciones en La Zarzuela siguen sin moverse un ápice. Hoy, Rajoy sólo cuenta con 137 síes. Todo apunta a que los plazos iniciales se dilatarán.
Elsa S. Vejo