“No sé si el resto de partidos se han dado cuenta de que nosotros no seremos los más perjudicados en una nueva convocatoria electoral”. Esta advertencia, en vista al bloqueo a Rajoy, ya la realizaban la semana pasada fuentes ‘populares’. Y este martes ha recobrado todo su significado cuando el líder del PP, Mariano Rajoy, ha advertido tras su encuentro nada fructífero con el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, que o se acuerda su nueva investidura (para la que es necesario el PSOE, puesto que los nacionalistas e independentistas están descartados de esta ecuación) o no queda más opción que unas terceras elecciones.
Las encuestas publicadas ya apuntan en esa dirección: la abstención subirá y el principal beneficiado de la nueva situación podría ser el Partido Popular. En los mentideros ‘populares’ ya se habla incluso de rozar los 150 escaños si España vuelve a las urnas a finales de este año. Ahora bien, ese resultado tampoco daría al PP la llave de La Moncloa. En función del resultado que obtuviera Ciudadanos, podría volver a ser clave en la formación de Gobierno. Y de nuevo el “sí” de la formación naranja sería indispensable para gobernar. Si ahora no cede, al PP nadie le puede garantizar que lo hará entonces.
Hay ‘populares’ convencidos de que Rivera acabará dando un “sí” al PP por temor a la incertidumbre que podría arrojar sobre la formación naranja una nueva convocatoria electoral. Pero Sánchez ya ha advertido de que el PSOE no cederá aunque a Rajoy sólo le queden seis escaños para lograr ser investido. “La izquierda no puede apoyar a la derecha”, ha repetido en infinidad de ocasiones el socialista, convencido de que el “PSOE es la alternativa al PP”.
Abierto a negociar, pero sin presión
Por esta razón, Rajoy no ha querido este martes desaprovechar la oportunidad de poner “todo” sobre la mesa. “Todo” lo que el PP está dispuesto a ceder. Eso sí, con la perspectiva de que una tercera convocatoria –pese a ser “un disparate”- no es el peor escenario para los 'populares'. «Estoy dispuesto a negociar todo el tiempo que haga falta”, ha insistido Rajoy. Fuentes gubernamentales aseguran que existe un nuevo proyecto de Gobierno elaborado por el equipo de Rajoy, pero que aún no le ha sido entregado ni al PSOE, ni a Ciudadanos. “Sánchez no estaba muy dispuesto a la negociación”, han reconocido desde Moncloa.
Rajoy también ha abierto la posibilidad a negociar el documento de 8 puntos que aprobó el Comité Federal del PSOE y que incluye las reformas que a juicio de los socialistas son necesarias en España. Un documento que tanto fuentes gubernamentales como ‘populares’ advierten desde hace tiempo de que son “compatibles” con los famosos cinco pactos ofrecidos por Rajoy.
Ahora bien, la cerrazón de Sánchez ha sido total. “El PSOE está dispuesto a hablar con Rajoy tantas veces como sea necesario. Pero no a negociar”. La posición de los socialistas, por el momento, parece inamovible. Así que la única opción alternativa a la investidura de Rajoy y a un nuevo paso por las urnas es que Pedro Sánchez se presente como candidato tras el fracaso de Rajoy.
Este martes, el líder socialista ha esquivado esta cuestión hasta en tres ocasiones. Las preguntas han sido claras y directas. “¿Descarta por completo la posibilidad de formar un gobierno alternativo al del PP?”, “Borrell ha dicho que si Ciudadanos finalmente vota sí el PSOE tendrá que ceder, pero si se abstiene entonces será el momento de que usted lo intente”. Y ya en conversación informal con los periodistas: “Si Rajoy no lo consigue, la única manera de evitar nuevas elecciones es que usted lo intente. ¿Lo va a hacer?”.
Todas han obtenido la callada por respuesta. Tal y como publicó Estrella Digital, el líder de los socialistas aún no ha renunciado a La Moncloa. De hecho, ya ha iniciado conversaciones con los nacionalistas. Pero es evidente que Pedro Sánchez no quiere cometer el mismo error que el pasado 20D y permitir que Rajoy vuelva a eludir su responsabilidad tras verse amenazado por él. El líder socialista parece empeñado en ver humillado a Rajoy en el Congreso y eso aún no se sabe si será posible. Por el momento, Rajoy tiene parado el famoso reloj de la democracia.
Elsa S. Vejo