El veto este lunes del Senado a la formación del grupo parlamentario del Partit Demócrata Catalá, la antigua Convergencia, con el voto en contra del PP y la abstención del PSOE, hace más difícil que lo consiga este martes en el Congreso por primera vez en la reciente historia democrática.
La situación de tensión ante el reto soberanista del Parlamento de Cataluña y las consecuencias políticas que acarrearía tal decisión complican las aspiraciones de los independentistas.
De hecho, diversas fuentes consultadas apuntan a una posible doble abstención del PP y el PSOE que, junto al anunciado voto en contra de Ciudadanos, impediría, de facto, la formación del grupo.
Con estos antecedentes, la Mesa del Congreso se reúne este martes para analizar el escrito de alegaciones presentado por CDC así como el informe elaborado por lo servicios jurídicos de la Cámara.
En sus alegaciones, CDC defiende que la formación de un grupo parlamentario propio «no produce perjuicio alguno» a los demás grupos mientras que, no tenerlo, produciría «distorsiones» en el funcionamiento del grupo mixto.
En cuanto al porcentaje de voto exigido para formar grupo -15 por ciento-, la formación independentista apela a antecedentes en los que se concedió grupo haciendo una media aritmética del resultado obtenido en cada una de las provincias en las que se presentó el partido, con independencia del censo de cada una de ellas.
Con ese calculo, CDC habría obtenido un 17,9 por ciento frente al 13,92 del conjunto de Cataluña, gracias a los porcentajes elevados de voto en Lleida y Girona.
Además del grupo de CDC, la Mesa del Congreso ve hoy las alegaciones presentadas por En Marea y «A la Valenciana», a los que ya se denegó la semana pasada su grupo.
Con independencia de lo que pueda decidir la Mesa, En Marea ya se ha integrado en el grupo de Unidos Podemos, mientras que los cuatro diputados de Compromís han anunciado que pasarán al mixto si no consiguen un grupo separado.
EFE