El doctor Joaquim Barraquer, uno de los oftalmólogos más prestigiosos del mundo e hijo del fundador de la clínica de Barcelona que lleva su nombre, ha muerto este viernes a los 89 años, según han informado fuentes del centro hospitalario.
Barraquer, expresidente de la Sociedad Española de Oftalmología y experto en la cirugía de la catarata y el glaucoma, pertenecía a la tercera generación de una saga dedicada a la salud ocular y ostentaba el título de Doctor Honoris Causa y Profesor Honorario por once universidades de todo el mundo.
El médico, que creó la Fundación Barraquer y el Banco de Ojos para Tratamientos de la Ceguera, había sido pionero en la inclusión de lentes intraoculares para corregir la miopía y revolucionó las técnicas quirúrgicas oftalmológicas.
Nacido en Barcelona el 26 de enero de 1927, era hijo del oftalmólogo Ignacio Barraquer, que en 1941 fundó la Clínica Barraquer de Barcelona, y nieto de Antonio Barraquer Roviralta, primer catedrático de Oftalmología de la Universidad de Barcelona.
Su vocación de oftalmólogo se forjó precisamente junto a su padre, con el que siendo aún un niño visitaba a los pacientes y pasaba largas horas en el laboratorio.
Licenciado en Medicina en 1951 por la Universidad de Barcelona y doctor por la Universidad de Madrid (1955), Joaquim Barraquer fue catedrático de Cirugía Ocular de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), director del Institut Universitari Barraquer (afiliado a la UAB), director ejecutivo del Instituto Barraquer, director-fundador del Banco de Ojos para Tratamientos de la Ceguera, y cirujano-director del Centro de Oftalmología Barraquer.
En dicho Centro formó a un equipo de oftalmólogos, entre los que se encuentran, fruto de su matrimonio con Mariana Compte Andrade, sus hijos Elena y Rafael, y la esposa de éste, Marinka Kargachin.
Joaquim Barraquer se hizo célebre por su contribución a la cirugía ocular a partir de la técnica de la «zonulolisis enzimática», procedimiento que consiste en sustituir la extracción mecánica del cristalino opaco por la extracción química, basada en inyectar en el ojo una sustancia: la alfa-quimitripsina.
Además, figura entre los pioneros del mundo en la inclusión de lentes intraoculares y ha contribuido al diseño de algún revolucionario modelo para tratar grandes miopías.
Reconocido igualmente por su aportación a los trasplantes de córnea -su clínica es una referencial mundial en este sentido-, Barraquer ha participado asimismo en el diseño de numerosos instrumentos utilizados en técnicas oftalmológicas, como un microscopio utilizado en microcirugía y en otro especial para filmar los procedimientos.
Además de ostentar seis distinciones científicas y premios nacionales y 28 extranjeros, Barraquer era presidente de la Sociedad Española de Oftalmología, miembro de Honor, Honorario o de Mérito de 39 asociaciones científicas nacionales y extranjeras y Miembro numerario de otras 52.
Poseía también 12 distinciones y condecoraciones oficiales españolas como la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (1982) o la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio (1984), y 21 extranjeras.
Entre sus obras más importantes figuran: «La extracción intracapsular del cristalino» (1964); «Cirugía del segmento anterior del ojo» (1964); «Zonulosis Enzimática, nueva técnica para la operación de la catarata».
EfE