El Partido Popular rechaza las consultas soberanistas. En Cataluña y también en el País Vasco. Pero el escenario político nacional, donde el bloqueo institucional es total, está obligando a los ‘populares’ a hacer equilibrios con esta cuestión. No es un secreto la disposición de los nacionalistas vascos a favorecer esta polémica cuestión. De hecho, el pasado febrero, el PNV posibilitó en el Parlamento Vasco la tramitación de la proposición para la ley de consultas impulsada por EH Bildu y que constituía el paraguas normativo para que Euskadi pueda convocar una consulta soberanista a imitación de Cataluña.
Es más, el lehendakari y candidato a la reelección, Iñigo Urkullu, ha presentado este miércoles el programa electoral del PNV en el que se recoge la celebración de una consulta para “el reconocimiento jurídico-político de Euskadi como nación y el derecho de quienes aquí vivimos a decidir libre y democráticamente nuestro futuro”.
Pero el PP ya ha asumido que tendrá que tragar con ello. Hoy, después de la última investidura fallida de Mariano Rajoy, todas las miradas, especialmente de los ‘populares’, están puestas en las elecciones vascas del próximo 25 de septiembre. En función de esos resultados podría haber movimiento o no en las negociaciones para formar el gobierno nacional. Este miércoles, el candidato del PP, Alfonso Alonso, ha asegurado en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum que su partido no está dispuesto a hacer un «intercambio de cromos» con el PNV después de los comicios para que los nacionalistas vascos apoyen la investidura de Mariano Rajoy.
No obstante, el ‘popular’ sí ha aprovechado esta plataforma para ofrecer a Íñigo Urkullu compartir “un nuevo proyecto” en Euskadi siempre y cuando “se mantenga la moderación de los nacionalistas”. Alonso, en presencia del presidente del Gobierno en funciones, que ha sido el encargado de presentarlo como «el único contrapeso al nacionalismo», ha recordado al PNV que “también le debe interesar que haya estabilidad y un Ejecutivo (en España)”. De hecho, el candidato ‘popular’ ha insistido en que su candidatura es el único proyecto que busca «vertebrar Euskadi y darle cohesión».
Alonso ha asegurado que está abierto a dialogar con el PNV, pero si es para impulsar un proyecto político de apertura, no eliminar cualquier referencia de lo que ha sido España en Euskadi o «blanquear» la memoria de lo sucedido con el terrorismo. «Es mentira que haya una isla o algo separado. Si España está en crisis, Euskadi, también», ha insistido el ‘popular’, que no ha querido reconocer públicamente que habrá un «intercambio de síes técnicos» -si así lo permiten los resultados electorales del 25S-, pero que sí ha aprovechado para recordar al PNV que si a España le va mal, porque no tiene Gobierno, al País Vasco también.
Alonso ha avisado contra los nacionalistas moderados, como, a su juicio, lo fueron en su momento Artur Mas o Juan José Ibarretxe, que se «radicalizaron» cuando se «emborracharon de poder». Sin embargo, también ha querido diferenciar al PNV de Podemos y Bildu. Los tres partidos llevan recogido en sus programas el derecho a decidir. Pero Alonso, consciente de que el próximo 25 de septiembre quizás tenga que sentarse en una mesa de negociación con el PNV, y en consecuencia también pueda hacerlo Mariano Rajoy en Madrid, ha suavizado la posición de los nacionalistas vascos.
El PP diferencia a Podemos y Bildu del PNV
Según el candidato del PP, la diferencia que existe entre Podemos y Bildu y el PNV es que los primeros van a proponer la consulta «ya» y los nacionalistas lo llevan en su programa «por si acaso». A juicio de Alonso, el PNV defiende esta cuestión porque está «en vía de consolidar su poder». Fuentes ‘populares’ también insisten en esta diferenciación y aseguran que independientemente de lo que Urkullu lleve en su programa las posibilidades de que lidere un proyecto similar al ‘Plan Ibarretxe» son remotas. Por ello, están convencidos de que un intercambio de «cromos» con el PNV no supondría una traición a sus principios.
Ahora bien, el propio Alonso también ha reconocido que Artur Mas le parecía un «nacionalista moderado» y, sin embargo, su formación lidera hoy el proceso independentista en Cataluña. «Ahora es prioritario conseguir formar el gobierno en Madrid», justifican desde el Partido Popular.
Elsa S. Vejo