El 25 % de los más de 2,3 millones de migrantes latinoamericanos que viven en España, es decir, uno de cada cuatro, cobra menos de 600 euros mensuales y casi medio millón de ellos no dispone de dinero suficiente para enviar remesas y poder ayudar a sus familias en los países de origen.
Son algunas de las conclusiones que figuran en el estudio «Remesas e inclusión financiera. Análisis de una encuesta de migrantes de América Latina y el Caribe en España» llevado a cabo por la consultoría Novadays bajo el liderazgo del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentado hoy en Madrid.
El salario mínimo interprofesional en España para cualquier actividad está fijado en 655,20 euros al mes para una jornada de 40 horas semanales, por lo que uno de cada cuatro migrantes latinoamericanos no lo alcanzaría, aunque el estudio no precisa el tiempo de sus jornadas.
Además, en el informe destacan que la capacidad de ahorro de la población latinoamericana «es limitada», puesto que la reciente crisis económica les «ha golpeado con mayor crudeza frente a la nativa».
De manera que, a la ya «tradicional concentración» en puestos poco cualificados, se suma «la dificultad para encontrar empleo».
De hecho, en el estudio figura que el 22 % está desempleado y de los que trabajan, el 60 % lo hace en empleos poco cualificados, según los datos extrapolados de las 2.000 entrevistas con las que se ha realizado la investigación.
Y más de la mitad de ellos se ha visto obligado, por su precaria situación laboral y económica a gastar todos o casi todos sus ingresos, motivo por el que no han podido enviar remesas a sus países de origen.
No obstante, en el estudio destacan que el 69 % de los migrantes de origen latinoamericano que vive en España envió dinero a familiares en sus países en 2015, veinte puntos más de los que lo hicieron en 2007, algo que según los autores del estudio se explica porque la crisis económica ha provocado un «retorno selectivo» y ha hecho que regresen a sus países muchos de los ciudadanos latinoamericanos que perdieron su empleo en España.
Según han explicado durante la presentación del estudio, el monto total de las remesas se redujo entre el 3 y el 7 % desde el comienzo de la crisis económica en 2008, pero mejoraron en 2015, una tendencia al alza que vaticinan que se consolidará al término de este año.
Y son los que llevan más de siete años viviendo en España aquellos «capaces de remitir más cantidad de dinero».
La personas entrevistadas proceden de Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y República Dominicana, según se explica en el informe.
De ellos, son colombianos y dominicanos los colectivos con mayor probabilidad de enviar dinero a sus familias, en torno al 75 %, frente a los ecuatorianos y paraguayos, cuyo porcentaje se reduce al 65 % y 69 %, respectivamente.
Asimismo, destacan que el perfil del «migrante remesador» con más probabilidad de enviar dinero se corresponde con el de un ciudadano de entre 30 y 45 años, que lleva más de diez años residiendo en España, empleado y con bajo nivel de instrucción.
La cantidad media anual de las remesas asciende a 1.000 euros, repartidos en hasta seis envíos, aunque existen picos que coinciden con fechas señaladas como Navidad o el día de la madre.
Dos de cada tres migrantes latinoamericanos envía el dinero a sus padres, el 34 % a sus hermanos y el 15 % a sus hijos.