La investigación referente al crimen de Guadalajara sigue aportando datos de relevancia para esclarecer el caso. Según el periódico brasileño Jornal da Paraiba, el padre de la familia brasileña residente en España fue torturado hasta la muerte antes de ser descuartizado.
Según los expertos encargados de realizar la autopsia citados por este diario, Marcos Nogueira, de 39 años, presentaba numerosos cortes superficiales en su cuerpo, por lo que todo señala a que fue torturado antes de ser despedazado. Por el momento, no ha trascendido –ya que el caso está bajo secreto de sumario– si los cuerpos de Janaína Santos Américo, madre de la familia, y sus dos hijos de cuatro y un año, éste último nacido en España, fueron también víctimas de tortura antes de morir.
Tal y como avanzan las primeras investigaciones policiales, probablemente el crimen sea debido a un ajuste de cuentas, ejecutado de forma profesional por sicarios. La vivienda no presentaba ninguna puerta o ventana forzada, por lo que la principal tesis es que la familia hubiera dejado pasar a los asesinos de forma voluntaria, a los que probablemente conocían.
Por el estado en que se encontraban los cuerpos, troceados y con los miembros distribuidos en seis bolsas de plástico, también se baraja la posibilidad de que sea un “aviso a navegantes”. Recientemente se ha sabido que las cámaras de seguridad de la urbanización de Pioz donde residía la familia no funcionaban, lo que está dificultando la labor investigadora de los expertos.
La familia del matrimonio ha explicado ante la prensa que no creen que sus parientes estuvieran en negocios de droga, aunque desconocen si pudieran estar metidos en problemas o endeudados económicamente. El hermano de Marcos Nogueira ha mostrado su indignación en el diario Jornal da Paraiba, dónde se queja de la falta de apoyo de las autoridades brasileñas y españolas, y exige ante el Gobierno Regional de Paraíba y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil que les permitan trasladarse a España para poder estar cerca de la investigación y de sus fallecidos.
Darío Vázquez