El expresidente catalán Artur Mas ha acusado hoy al Gobierno de haber «presionado» a los fiscales en una «cadena de despropósitos» para convertir la «fiesta democrática» del 9N en un «gran aquelarre judicial», pero ha dicho que es un «honor» ser procesado por «poner la cara» para la consulta.
Mas ha comparecido en rueda de prensa junto con las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau para comentar la calificación de la Fiscalía, que pide diez años de inhabilitación para el expresidente y otros nueve para cada una de las exconselleras por mantener la consulta soberanista del 9N pese a ser suspendida por el Tribunal Constitucional (TC).
El expresidente ha criticado que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, diga hoy «quién ha cumplido y quién no la ley», sin tener en cuenta, a su juicio, la separación de poderes. «Esto lo podría haber dicho un ministro de Franco», ha remachado.
«Parece ficción pero no lo es, en el Estado español del siglo XXI pasa», ha añadido Mas, que ha denunciado que «esto de la democracia y de la separación de poderes les produce auténtica urticaria».
El presidente del PDECat -antiguamente CDC- ha aseverado que es un «honor» ser juzgado junto con Ortega y Rigau si es por «haber escuchado a la gente, por haber traducido en hechos políticos lo que la gente ha pedido en la calle de forma civilizada y en las urnas contundentemente» y por haber permitido a los ciudadanos «expresar su opinión y decidir su futuro».
«Ser juzgado por esto es un honor», ha remachado Mas, que ha avanzado que, si se encontrara en la mismas circunstancias, volvería a obrar de la misma manera, pues -ha subrayado- «en ningún momento cometimos un delito».
Para Mas, es el Gobierno del PP quien, al «presionar» a los fiscales, convirtió la «fiesta democrática» del 9 de noviembre de 2014 en el «gran aquelarre judicial» que es hoy en día, ha dicho.
Ha dicho estar «tranquilo» porque tiene «mil argumentos» para la defensa -«No somos delincuentes, somos demócratas», ha recalcado- y además confía que la «justicia hará honor a su nombre» durante el proceso judicial.
Todo ello pese a que hay «pruebas muy evidentes de que en algunos ministerios se presume de afinar posiciones de los fiscales», ha denunciado.
Preguntado por si acataría una sentencia condenatoria, Mas ha respondido que «te guste o no, una sentencia es una sentencia», aunque «otra cosa es si la aceptas anímicamente o políticamente».
El líder del PDC ha asegurado que si le condenan defenderá «donde sea» el proceso participativo del 9N. «No pararé porque es una auténtica salvajada lo que están haciendo», ha añadido.
En este sentido, ante los «tics predemocráticos» del Estado, Mas ha avisado: «No nos quedaremos quietos y no nos tumbarán».
Por ello, ha llamado a los soberanistas a aplicar «altas dosis de coraje real», que no pasan por «discursos inflamados y tuits ocurrentes» sino por «transformar en decisiones políticas lo que la gente pide en las urnas de forma civilizada y pacífica».
También ha pedido a los demócratas no independentistas que «luchen» por una democracia «de calidad».
Ortega, por su parte, ha defendido la actuación de los tres procesados -«Lo volveríamos a hacer», ha dicho- y Rigau ha denunciado que la «democracia está enferma» si le dicen que no es «digna» como servidora pública por haber trabajado en el 9N.
EFE