Una semana ha sido suficiente para dar un giro de 360 grados a la situación política española. Si hasta hace pocos días era el Partido Popular el que mendigaba el apoyo de los socialistas para poder gobernar, hoy, y tras una guerra interna sin precedentes en el seno del Partido Socialista, los ‘populares’ se han colocado, sin esperarlo, en una posición de indiscutible ventaja. El nuevo Gobierno de Rajoy está prácticamente asegurado. Ahora sólo queda dilucidar el cómo y el cuándo. Y por ello, los ‘populares’ tienen muy claro que intentarán sacar provecho de esta situación. Los socialistas aún no han decidido su abstención, pero los 'populares' ya advierten: “no obligaremos al PSOE a aceptar nada que les suponga un trauma, pero pueden dar por seguro que nosotros tampoco aceptaremos nada que se nos intente imponer para perjudicarnos”.
El Partido Popular ya no está desesperado por gobernar a cualquier precio. “El momento de apretarnos bien hubiera sido tras las elecciones del pasado 20 de diciembre”, insisten constantemente fuentes ‘populares’. Tras el pasado 26 de junio también hubo un momento de desesperación por parte del PP, cuando tras la borrachera de euforia por sus 137 escaños obtenidos, volvieron a darse de bruces con la realidad: habían conseguido superar con creces sus expectativas, pero sus mayores opciones de gobernar volvían a pasar de nuevo por el PSOE.
La cerrazón de Pedro Sánchez hizo cambiar a Rajoy varias veces de ofrecimiento: de la ‘gran coalición’ pasó a un acuerdo de mínimos y de ahí a que le dejara gobernar aunque fuera en la más absoluta soledad.
En el Partido Popular eran conscientes de que un gobierno de mínimos no tendría mucho recorrido. “En menos de dos años vuelve a haber elecciones”, era el comentario más generalizado en el PP cuando Rajoy aseguró que él estaba dispuesto a gobernar en minoría. Y hoy vuelven a pensar algo parecido si el PP gobierna con el PSOE en las condiciones en las que se encuentra actualmente. “Si las esquivamos ahora, es probable que nos enfrentemos a unas nuevas elecciones entre enero y junio de 2018”, vaticinan fuentes ‘populares’, convencidas de que el PP ahora tiene que aprovechar la situación que ocupa “después de todos los insultos que ha recibido de la dirección socialista” y obtener un “acuerdo ventajoso para poder gobernar durante los próximos cuatro años”. Lo primero, por ejemplo, garantizar la aprobación de los próximos presupuestos.
El PP se empieza a decantar por nuevas elecciones
Un importante sector de la dirección ‘popular’ tiene claro que si el PSOE finalmente decide abstenerse ante Rajoy, el PP tendrá que imponer, tanto a los socialistas como a Ciudadanos, “unas buenas condiciones” que “garanticen la gobernabilidad” de España. “Nuestra posición ahora es mejor que hace ocho días. Tenemos que pedir algo más. Si no lo conseguimos, para nosotros lo mejor es ir a nuevas elecciones”, advierten desde el PP. Y más aún teniendo en cuenta los resultados que tanto las encuestas internas como las publicadas empiezan a arrojar: una horquilla de 150-159 escaños para los ‘populares’, que ya sólo necesitarían el apoyo de Ciudadanos para lograr la mayoría absoluta.
De hecho, el PP no sólo ha presentado ya en el Congreso de los Diputados su propuesta de reforma de la ley electoral para acortar la campaña electoral y evitar votar el día de Navidad, sino que ya han empezado a hacer cuentas de cuáles serían los escaños necesarios para gobernar con “absoluta comodidad”. “El resultado que obtenga el PP tiene que ser superior a la suma de PSOE, Podemos, ERC, CDC y Bildu. De esta manera, Ciudadanos podría abstenerse y no nos afectaría”, analizan desde el PP.
Y la encuesta publicada este lunes por el diario ABC se acerca a este escenario “perfecto” para los ‘populares’. En este caso, el PP obtendría 159 escaños y la suma de PSOE, Podemos, ERC, CDC y Bildu contaría con los mismos escaños. Ahora bien, el PP siempre podrá contar con los comodines de Coalición Canaria y el PNV para sacar adelante aquellas iniciativas en las que Ciudadanos no quiera estar.
Es indudable que el PP cada vez piensa más en unas nuevas elecciones el 18 de diciembre y no sólo porque realmente cree que saldría beneficiado, sino porque además tampoco ve claro que el PSOE pueda “articular un cambio de posición en estas próximas tres semanas”. “El no a Rajoy está muy extendido también entre los críticos del PSOE”, explican desde el PP, donde ven a la “militancia socialista cada vez más radicalizada”. “Tienen mucho odio al PP”, analizan fuentes ‘populares’, y en el PSOE “existe un miedo atroz a que Podemos se los coma”, rematan.
En el PP nadie habla aún de una nueva investidura. De hecho, Rajoy ha impuesto la ley del silencio ante la caída de Pedro Sánchez. Salvo unas declaraciones realizadas por la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que ha asegurado que no puede “inmiscuirse en cuestiones que no tienen que ver con su partido”, nadie más se ha pronunciado. Este lunes se ha reunido el Comité de Dirección en Génova y no ha habido rueda de prensa como suele ser habitual para informar a la prensa. El PP se ha situado en la barrera. A la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos en Ferraz.
Los ‘populares’ están convencidos de que el Rey no abrirá una nueva ronda de consultas con los partidos políticos salvo que el PSOE decida modificar su posición del “no” a Rajoy. Y eso aún es una incógnita. De hecho, ni aunque ese cambio de posición se produjera el PP cree que sería suficiente para formar un gobierno estable. “Nos arriesgamos a llegar a un acuerdo con el PSOE y que el que salga elegido del próximo Congreso nuevo secretario general rompa el acuerdo con nosotros”, zanjan desde el PP.
Elsa S. Vejo