La central nuclear de Almaraz, ubicada en la provincia de Cáceres, asegura que las piscinas que almacenan el combustible usado procedente de los dos reactores de la planta se saturarán en 2018 y en 2021. Así lo han explicado fuentes de la central a este diario y por eso defienden la construcción del Almacén Temporal Individualizado. En concreto, afirman que la piscina que acumula los residuos del reactor I se saturará en 2018 y que la del reactor II estará llena en 2021.
“El Consejo de Seguridad Nuclear ha avalado estas fechas de saturación. La primera piscina se satura en 2018, no llegamos al 2020”, apuntan las mismas fuentes, que también desmienten que las piezas de la central sean defectuosas. Según informó el propio Consejo de Seguridad Nuclear, componentes irregulares fueron usados en la construcción de los rectores de la central aunque “aceptables” para seguir funcionando.
El pasado mes de septiembre el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió un informe favorable para la construcción de un Almacén Temporal Individualizado de combustible gastado en la central nuclear de Almaraz, aunque la ejecución de la construcción aún debe recibir el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente y de Industria. Por su parte, la central de Almaraz sostiene que el Almacén Temporal Individualizado debe estar listo en el primer semestre de 2018, de acuerdo con la capacidad útil de las piscinas.
Sin embargo, expertos, organizaciones ecologistas e incluso la propia Junta de Extremadura se oponen a la construcción del almacén porque consideran que es innecesario y creen que su puesta en marcha supondrá el alargamiento de la vida de la central más allá de los cuarenta años. La central nuclear de Almaraz niega que su intención sea alargar la vida de la central y sostiene que los cuarenta años de funcionamiento de la planta se cumplen en el próximo año 2023. Los ecologistas recuerdan que los dos reactores de Almaraz producen para sus propietarios -Iberdrola, Unión Fenosa y Endesa- unos beneficios de un millón de euros diarios y sostienen que ese es el motivo que explica el empeño por mantener la central abierta.
Marina García-Rico