Más de dos personas secuestraron y asesinaron a María Villar, la española cuyo cuerpo apareció abandonado en México el pasado 15 de septiembre, según recoge el periódico El País. Gustavo Salas, responsable de la Subprocuradoría Especializada en Investigación y Delincuencia Organizada (Seido) de México, ha declarado este lunes que la joven española fue secuestrada por “una banda muy agresiva que usó descargas eléctricas para inmovilizarla”. También ha añadido que el secuestro “se produjo por motivos económicos” y que su homicidio se caracteriza por “una violencia inusitada”.
La española María Villar, de 39 años, sobrina del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, fue hallada muerta el 15 de septiembre, un día después de que su marido, Cristiano Do Vale, y su primo, Gorka Villar, pagasen 65.000 pesos (3.000 euros) de rescate.
Salas compareció el lunes en una rueda de prensa en la que explicó que ya se había detenido a uno de los sospechosos, identificado como Óscar Saúl “N”, el cual ha negado haber participado en el homicidio de la española, aunque fuentes cercanas a la investigación han confirmado haber encontrado “pruebas directas” de la participación del detenido. Además, han lanzado una orden de arresto contra un segundo sospechoso todavía sin capturar.
Villar salió el 13 de septiembre a las nueve y veinte de la noche de un centro comercial de Santa Fe (México), donde pidió un taxi que acabaría convirtiéndose en su pesadilla. Ya en el interior del vehículo, llamó a su marido para decir que iba de camino a su casa, en el acomodado barrio de Polanco. Nada más colgar el móvil, el supuesto taxi paró y se subió una segunda persona. Esto último “alertó a la víctima, quien intentó descender de la unidad, para lo cual forcejeó».
El forcejeo fue en vano ya que, a los pocos segundos, María Villar recibió unas descargas eléctricas que la inmovilizaron. A continuación, le pusieron las esposas y antes de llegar al sitio donde sería asesinada (en el municipio de Santiago Tianguitenco), sus secuestradores hicieron una parada en un cajero automático de Toluca, en las afueras de la ciudad, para vaciar sus cuentas y deshacerse de sus pertenencias.
Al día siguiente, los secuestradores se pusieron en contacto con la familia y pidieron un rescate. “Los familiares solicitaron ayuda a la Policía Federal, y tras obtenerse una prueba de vida, se acordó un rescate», explicó el subprocurador. A pesar de haber cobrado el dinero, los secuestradores decidieron acabar con la vida de María Villar. Ante estos hechos, la policía ha llegado a la conclusión de que su muerte fue “una decisión que se tomó sobre la marcha”.
Según declaraciones de Salas, las cámaras de seguridad han sido claves para esclarecer los hechos y para la detención de uno de los sospechosos. Sin embargo, la investigación no ha querido dar más datos sobre el asesinato de la española ejecutiva para no “entorpecer la investigación”. Tampoco han confirmado si tanto en el secuestro como en el homicidio estuvieron implicados policías, como explicó El Mundo la semana pasada.
Andrea Morea