La Fiscalía pide 19 años de cárcel para una mujer acusada de envenenar con fármacos el almuerzo familiar, que causó la muerte de su esposo y dejó inconscientes a ella y a su hijo, ahogada por sus problemas económicos y de salud.
En la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona se ha celebrado hoy el juicio contra la mujer, cuya defensa pide la absolución argumentando que el envenenamiento obedecía a un intento de suicidio que el matrimonio, que llevaba 42 años casado, perpetró de mutuo acuerdo.
La mujer permanece en prisión preventiva desde que fue detenida acusada del homicidio de su marido, que murió en junio de 2014 tras tomar, junto a su hijo y su esposa, un plato de patatas con lomo aderezadas con una salsa que llevaba levomepromaina, doxilamina y paracetamol, así como una Coca-Cola con Rivotril.
Cuando los Mossos d'Esquadra entraron en la casa de la procesada encontraron también muertos a los tres gatos y al perro de la familia.
La Fiscalía acusa a la mujer del homicidio consumado de su esposo, de salud degradada y que estaba a la espera de que le trasplantaran el riñón de la acusada para sobrevivir, y del homicidio en grado de tentativa de su hijo, un hombre con psicosis y varios problemas psicológicos, que consumía drogas a la vez que distintos tipos de fármacos prescritos por el psiquiatra.
En su declaración en el juicio, la procesada ha alegado que no recuerda la secuencia «lógica» de los hechos, ni si llegó a mezclar con fármacos el almuerzo familiar, que asegura preparó a medias con su marido.
Lo que sí ha recalcado la acusada, en una declaración que después han corroborado sus tres hijos, es que la víctima había insinuado ante la familia su intención de acabar con su vida, dado que había caído en una profunda depresión por sus problemas económicos tras la jubilación y por su deteriorada salud, que le forzaba a requerir la ayuda de terceros para algunas de sus necesidades más básicas.
La «última humillación» para el fallecido, ha explicado hoy su hijo mayor en su declaración como testigo, fue que para sobrevivir necesitara que se le trasplantara el riñón de su mujer, una intervención que estaba en puertas después de que los médicos determinaran que sus órganos eran compatibles.
La acusada ha relatado, entre lágrimas, que el día de los hechos su marido amaneció diciéndole «ya no puedo más, me voy contigo o sin ti». «Y yo, en vez de convencerle, lo que hice fue darle la mano y seguir juntos», ha agregado la mujer.
Los tres miembros de la familia cayeron inconscientes en los sofás tras ingerir la comida envenenada y el primero que se despertó fue el hijo, que envió varios mensajes telefónicos para avisar de lo sucedido a un amigo, quien que movilizó a la policía y a los servicios médicos, que lograron devolver a la mujer a la consciencia tras suministrarle un antídoto.
El hijo ha negado hoy que en esos mensajes advirtiera a su amigo de que su madre los había envenenado -como sugieren los wasaps que le envió- y se ha escudado en que en la época sufría alucinaciones debido al consumo de drogas y fármacos psicotrópicos y, el día de los hechos, llevaba tres días sin dormir tomando «crack».
La declaración del personal sanitario y de los Mossos d'Esquadra que acudieron al lugar de los hechos ha sido la principal prueba de cargo contra la acusada.
Una de las doctoras que atendió a la acusada ha explicado que, cuando recuperó la consciencia, admitió que se los había «llevado a todos por delante», mientras que el agente que la interrogó en el momento sostiene que la procesada reaccionó lamentado: «Dios mío, ¿qué he hecho?».
El juicio proseguirá el próximo jueves con las pruebas periciales sobre las causas de la muerte y el contenido de la comida envenenada.