Dos bombarderos rusos Tupolev 160 pasearon por la costa atlántica europea desde Noruega hasta, al menos, Bilbao el pasado 22 de septiembre, mientras las fuerzas aéreas de varios países les seguían la pista de cerca. Cuando se aproximaron a la costa cantábrica, cerca de Bilbao, dos cazas F18 españoles salieron a interceptarlos.
Así lo han confirmado fuentes del Ministerio de Defensa que considera que no se trata de un asunto “preocupante” ya que “en ningún momento” invadieron el espacio aéreo español. Los cazas españoles mantuvieron la vigilancia sobre los aviones manteniendo 10 millas de distancia con los bombarderos rusos.
Desde su salida, los aviones rusos, que tienen capacidad de transportar 25 misiles de largo alcance a velocidad supersónica, estuvieron vigilados por cazas de otros países, en todo momento bajo el mando y coordinación de la OTAN, ya que no llevaban un plan de vuelo. El primero en sacar a su fuerza aérea fue Noruega, que puso a dos F16 a controlar los movimientos de los aviones rusos; a continuación, Reino Unido sacó a dos de sus Typhoon, antes de que las aeronaves rusas se dirigieran a la Bretaña francesa. Allí Francia también puso en marcha dos Rafales para hacer el seguimiento.
Ha sido precisamente el Ministerio de Defensa francés el que sacó una nota de prensa explicando el incidente, algo que ha sorprendido en Defensa, según las mismas fuentes, dado que son actos que son “habituales”, especialmente en los Bálticos y la zona de Turquía, pero no suelen hacerse públicos.
Rusia acostumbra a hacer este tipo de maniobras que, en principio, deberían comunicarse a la OTAN. Sin embargo, el hecho de que estos aviones vuelen en los contornos del territorio de la Alianza Atlántica sin un plan de vuelo y avisar es interpretado por fuentes diplomáticas como una provocación.
Bombarderos rusos por Europa
Otro incidente de este tipo, considerado una provocación y una puesta a prueba de los sistemas de defensa aérea de la OTAN, se produjo el año pasado cuando un solo bombardero voló en paralelo a la costa portuguesa el año pasado de norte a sur. La aeronave salió de una base rusa en el báltico y bajó por el oeste de las islas británicas, pero no fue hasta que llegó al entorno de la Península Ibérica cuando fue descubierto y dos cazas de la OTAN salieron a interceptarlo.
Estos incidentes son muy habituales en la zona del Báltico, donde Rusia cuenta con el enclave de Kaliningrado y vuela muchos cazas en la zona. De hecho, el destacamento Vilkas que mantuvo España en el Báltico como Policía Aérea durante los tres primeros meses de este año interceptó 14 aviones rusos en circunstancias similares.
Paula Pérez Cava