El expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha dicho hoy que comprendería que el PSOE «rompiera definitivamente» con el PSC, porque «no sólo bajan de votos en Cataluña, es que también nos hacen perderlos en España».
Ibarra, que lleva al menos dos décadas manifestando sus discrepancias públicamente con el PSC, se ha referido así, en una entrevista en la Sexta, a la posibilidad de que estos partidos revisen su protocolo de relaciones, si los catalanes no acatan la resolución del Comité Federal de ayer a favor de la abstención en la investidura de Mariano Rajoy.
Tras apuntar que «podría comprender lo del PSC, si obtuviese resultados brillantes», ha recordado que el grupo socialista solo tiene siete diputados catalanes.
«Si yo fuera Iceta, procuraría pronunciar lo menos posible la palabra siete. ¿Sólo puede ofrecer siete diputados catalanes?», ha incidido.
Convencido de que «con los resultados de Miquel Iceta, cualquier día desaparece el PSC», el expresidente ha sostenido que «es tan fácil sustituir al PSC como crear una federación catalana del PSOE».
Además ha cuestionado que alguien que no acata las decisiones del Comité Federal pueda ser candidato a secretario general del PSOE, en referencia al exministro y expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell.
«Si Borrell es del PSC y tiene su propia disciplina, ¿puede ser candidato?», ha planteado el extremeño, que ha aseverado que él no aceptará que le «dirija alguien que diga, como Josep Borrell, que votaría no».
Ibarra, que ha culpado de la crisis interna del PSOE a los «defensores de la unidad de la izquierda», se ha mostrado convencido de que la herida que tiene ahora su partido «es la más profunda, porque es la más desleal».
«Nos queda el solar -ha parafraseado Ibarra al presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández-, pero el solar vale mucho más que el edificio que se ha construido en los últimos años por aquellos defensores de la unidad de la izquierda, que nos está llevando a la tumba», ha acusado.
Sin decir a quién se refería, Ibarra ha lamentado haber perdido su tiempo «defendiendo a gente que no se lo merecía» y ha vuelto a reivindicar la «cultura representativa» del PSOE.
«Me afilié a la socialdemocracia porque defiendo la cultura representativa», frente a los que en su partido propugnan consultar con las bases. «A las asambleas no van más de sesenta militantes, ¿esas son las bases?».
EFE