martes, noviembre 26, 2024
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El exlíder del PSOE, dispuesto a robar el protagonismo a Rajoy en su investidura

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El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, volverá a ser protagonista del nuevo debate de investidura que arrancará este miércoles en el Congreso de los Diputados, pese al empeño de sus compañeros por apartarle de la primera línea política. De hecho, fue relegado a la cuarta fila del Parlamento, pero eso no impedirá que todos los focos se posen sobre él. Son días convulsos para el PSOE. El Comité Federal optó por la abstención. Pero un importante número de diputados socialistas se están planteando romper la disciplina de grupo y llegar hasta el final con el “no”. El sábado por la noche, Rajoy volverá a revalidar su mandato, pero Sánchez será el protagonista.

Este martes ha comenzado una nueva batalla en el PSOE. Ocho secretarios generales regionales han hecho llegar una carta al presidente de la Gestora, Javier Fernández, en la que apuestan por una vía intermedia, hasta el momento propuesta por algunos socialistas con la boca pequeña, para superar el escollo de la segunda votación: una llamada “abstención técnica” o “abstención mínima”. “Si el motivo esgrimido por los defensores de la abstención es desbloquear la formación de Gobierno, demos a Rajoy sólo las 11 abstenciones que necesita y demostremos que el PSOE no está de acuerdo con este nuevo gobierno”, ha reclamado la secretaria general del PSE, Idoia Mendia.

Esta no fue una cuestión debatida en el último conclave socialista; y eso es lo único que por el momento le vale a la dirección de la Gestora. Probablemente, el resultado de esta votación hubiera sido negativo, puesto que los defensores de la abstención en bloque no parecen dispuestos a poner en el disparadero sólo a once diputados socialistas. ¿Pero es esta la única razón de su cerrazón a la abstención mínima? Este martes, Mendia, defensora pública de Pedro Sánchez, ha dado a entender que no cuando ha recordado al líder extremeño, Guillermo Fernández Vara, sus palabras del 30 de junio en una entrevista concedida a Antena 3: «Yo no contemplo otra cosa que una mínima abstención a última hora, la estrictamente imprescindible».

Hoy, Fernández Vara es uno de los principales abanderados de la abstención en bloque. Y probablemente nada de esto sea casual. El socialista extremeño también fue uno de los principales críticos a la gestión que hizo Pedro Sánchez de los últimos resultados electorales. Como tampoco es casual que los ocho líderes regionales que han optado por liderar esta nueva guerra en el PSOE son ‘sanchistas’. El denominador común está claro: Pedro Sánchez. El exlíder socialista sigue sin anunciar públicamente cuál será su papel en todo esto, pero sus opciones son limitadas: abstenerse, ausentarse de la votación (con un efecto similar al de la abstención) o romper la disciplina de voto impuesta por el Comité Federal, votar no, y asumir las consecuencias que ello pueda acarrear, incluida la expulsión del partido y del Grupo parlamentario socialista.

La última de estas opciones, aunque es la que menos coste político le supondría de cara a unas hipotéticas primarias, de hecho, el efecto sería el contrario, también le podría salir cara, puesto que podría suponer su salida de la formación. Este martes, el presidente de la Gestora, tras su encuentro con el rey en Zarzuela, y después de comunicarle que su partido se abstendría ante Rajoy, ha dicho que no quería ponerse en ese escenario. Es más, según Javier Fernández aún hay tiempo para convencer a los críticos de la abstención. No obstante, el reglamento interno del PSOE sí prevé esta situación.

El pulso de los «14 noes»

El artículo 6 de su reglamento interno no sólo prevé multas de 600 euros para los diputados rebeldes, sino que si “la actuación originada por el miembro del Grupo se estimase grave por el Comité Federal, éste tendría facultades para proceder a darle de baja en el Grupo Parlamentario, procediendo a incoar el correspondiente expediente, que será tramitado por la Comisión Federal de Ética y Garantías para que dicte las resoluciones a adoptar”. Es decir, si el PSOE decidiera llevar al extremo esta discusión podría expulsar del partido a los abanderados del “no” a Rajoy.

Entre ellos a Pedro Sánchez, que perdería toda opción de volver a ser secretario general, si por su cabeza aún pasara, como así confirmó en su momento, volver a presentarse en los próximos meses a unas primarias. Que además tendría posibilidades de ganar después de respetar la promesa que hizo a sus votantes en las últimas dos campañas. Es evidente que ésta es la encrucijada en la que sus enemigos políticos le quieren colocar: o traga como los demás con la abstención, lo que supondría romper su promesa con la militancia, o le expulsan del partido. Dos opciones que, sin duda alguna, certificarían su muerte política.

Ahora bien, podría haber una opción de sortear este desenlace, que pasaría porque más de 14 diputados socialistas se unieran a su cruzada y rompieran la disciplina de voto. En este caso, la pelota pasaría a estar en el tejado del Comité Federal, que tendría que volver a enfrentarse a un dilema sin precedentes: expulsar a todos los díscolos del grupo parlamentario y quedarse con menos diputados que Podemos en el Congreso, lo que colocaría a los de Pablo Iglesias al frente de la oposición. Además de la pérdida económica que eso podría suponer. O bien, pasar por alto la desobediencia y esperar a ver cómo gestiona Pedro Sánchez su nuevo papel en el partido.

Elsa S. Vejo

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