martes, noviembre 26, 2024
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Reino Unido desmonta un plan para espiar a Rusia y quita a Ceuta 2,4 millones

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La polémica internacional que han causado los ocho buques rusos que se dirigen al Mediterráneo y que iban a recalar en Ceuta se ha frenado en seco después de que Moscú haya retirado la petición a España de repostar en el puerto de Ceuta. Y con ello, no sólo se ha frenado un ingreso económico importante para la ciudad autónoma, sino una buena oportunidad para obtener información sobre la Armada rusa

“En estos casos, hay dos opciones: tenerlos lo más lejos posible o lo más cerca posible, para tenerlos controlados”, explica una fuente militar a Estrella Digital. Las autoridades españolas, como las de cualquier otro país, siguen de cerca los movimientos de los navíos rusos que están en sus aguas y tenerlos cerca es una buena fuente de información, mediante la captura de imágenes que después se analizan o con el control de señales radioeléctricas.

Es más, en ocasiones, el hecho de que estos buques recalen en España permiten que se les siga la pista, como ocurrió con un buque espía de Moscú que paró en el puerto de Ceuta hace algo más de un año. Se trata del Yantar, un navío al que el mismo Pentágono seguía de cerca la pista, pero en ese caso no hubo ningún problema ni ninguna reivindicación por parte del Reino Unido.

Realmente se trata de una práctica habitual: barcos, militares y civiles, recalan en distintos puertos para repostar, reponer víveres y avituallamiento para continuar su viaje. El puerto de Ceuta es uno de esos lugares en los que recalan buques de todas las nacionalidades, también los rusos, una circunstancia que no ha causado ningún tipo de problema en los últimos años. De hecho, desde 2010 unos 60 navíos rusos han parado para cargar sus tanques. Cada vez que una nave rusa atraca en el puerto ceutí reportan unos 300.000 euros a la ciudad, según las estimaciones de la Autoridad Portuaria de Ceuta.

Pero el Gobierno y la prensa británica han hecho estallar una gran polémica ante la llegada de una los ocho buques rusos a la costa ceutí que se dirigirían después a Siria. «Estaríamos extremadamente preocupados porque cualquier miembro de la OTAN considerara asistir a un grupo marítimo con portaaviones que podría acabar bombardeando Siria y a civiles», ha exhortado el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, en una reunión de la OTAN este miércoles. Hace una semana, la prensa británica y estadounidense comenzaban a preparar el terreno y publicaron informaciones incendiarias al efecto.

Y el revuelo que han montado ha tenido un efecto directo: Rusia ha retirando la solicitud al Ministerio de Exteriores español para realizar esa escala, que había autorizado a los rusos a atracar en el puerto español del 28 al 2 de noviembre, lo que provoca no sólo una pérdida económica de unos 2,4 millones de euros para la ciudad autónoma sino una oportunidad perdida de controlar de cerca los navíos rusos, entre los que se encuentra el único portaaviones que tiene Moscú, el Almirante Kuznetsov.

Ceuta no es zona OTAN

La polémica que se ha creado entorno a este asunto no tiene mucho sentido para muchos expertos militares. Ceuta y Melilla no forman parte de la OTAN –quedaron fuera del Tratado Atlántico desde la entrada de España en la Alianza- con lo que no tiene mucho sentido que ahora se exija que tengan que comportarse como si estuvieran dentro del territorio de protección de la Alianza, explican estos expertos.

Es más, para mandos militares conocedores de este tipo de relaciones este hecho solo tiene una explicación: un conflicto comercial y “celos británicos”. “Dentro de Gibraltar, ellos cogen barcos de unos y otros. Se trata de una cuestión puramente económica”, explican estas fuentes a Estrella Digital. De hecho, buques rusos han realizado paradas similares ya no en Gibraltar, sino en el puerto británico de Portsmouth y frente a esto, no se dice nada, se quejan otras fuentes militares.

En este caso, el Gobierno español (que trata a estos “barcos de estado” como una embajada del país en cuestión y por eso es el Ministerio de Exteriores el que tiene que dar autorización) no ha considerado un problema que los navíos recalen en aguas territoriales porque Rusia no es un enemigo de España. Es más, “el hecho de negar esta posibilidad puede acarrear un problema diplomático con un país con el que España mantiene buenas relaciones”, explican estas fuentes militares expertas. Finalmente, ha sido Rusia quien ha retirado la petición a España después de que Exteriores pidiera explicaciones sobre el destino de los barcos. 

Paula Pérez Cava

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